Si prestas un poquito de atención lograrás ver a la felicidad salir a tu encuentro. Sin perseguirla, sin fórmulas complicadas. Ahí, en lo cotidiano e imperfecto.
Para mi amiga buscando tesoros a la luz del sol:
Ahí, donde al alma sonríe y encuentra paz, donde sientes que llegaste a
casa aunque estés fisicamente en un lugar lejano. Olores, sabores, paisajes,
sensaciones que besan con ternura tu esencia y despiertan una constelación en
tu interior. Un no sé qué, un qué sé yo, un bienestar interno que te roba un
suspiro y aligera tu alma.
Ahí, donde las tareas cotidianas se transforman en floridos diarios de
gratitud, donde el deseo de saborear la vida trascienden circunstancias
perfectas, donde un tipo de riqueza diferente a la oficial te viste y calza de plenitud. Una sinfonía de
pajaritos anunciando el nuevo día, ese primer traguito de café que sabe a gloria,
un perrito faldero descansando junto a tí, botones abiertos de tu orquidea
favorita.
Ahí, donde a pesar de tus miedos e inseguridades, decides llenarte de
ilusión y alinearte a los sueños que la mano dulce y soberana ha sembrado en tu
corazón. Ahi, donde la gracia sale a tu encuentro y te premia con nuevas y
mejores oportunidades. Ahí, querida amiga, donde la felicidad se hace presente
en cada estación que visita tu vida.
Amor y gracia,
Sandy