viernes, octubre 22, 2021

EMOCIONES DESPEINADAS

 

Jesús me invita a descansar en la verdad de que todo está en sus manos, incluyendo “eso” que me roba el sueño.

 


Para esos días que nuestras emociones están patas arriba…

 

Como siempre, la mala costumbre de llegar sin avisar.

 Interrumpes mi fragilidad, obligándome a dar un paseo en la montaña rusa del parque de la vida.

Por momentos me haces sentir que soy capaz de bailar con las estrellas, 

luego me tiras al abismo y disfrutas verme comer polvo.

Me sonríes,

me maltratas,

me consuelas,

me confundes,

me despiertas.

Un rayito agridulce enciende los rincones ansiosos de mi agotado corazón.

Un soplito de esperanza susurra verdades que había olvidado.

Respiro.

Abrazo mi vulnerabilidad.

Dos lágrimas de libertad ruedan en cámara lenta sobre mis mejillas.

Hago las paces con mi realidad.

Recuerdo que no estoy sola. 

Jesús está conmigo.

Él pelea mis batallas.

Mi victoria descansa en su soberanía.

Una sonrisa cuarto menguante se pinta en mis labios.

Bailo de manera imperfecta sobre las olas de la adversidad,

y me digo con voz temblorosa: Estas aguas pasarán.

“Mi alma tiene sed de ti; todo mi cuerpo te anhela en esta tierra reseca y agotada donde no hay agua. Te he visto en tu santuario y he contemplado tu poder y tu gloria.  Tu amor inagotable es mejor que la vida misma…” – Salmo 63: 1-3 (NTV)

Amor y gracia,

Sandy