Su amor sana, calma y devuelve sonrisas.
Un poquito de fe
es todo lo que necesitas. Un rayito de esperanza que encienda la lamparita de
tu corazón, para que veas lo mucho que vales, lo mucho que tienes y lo mucho
que ofreces.
Un mimo de tu
creador es todo lo que necesitas. Palabras de afirmación y valentía que le
devuelvan la visión a esos ojitos llorosos cansados de confrontar los mismos
gigantes una y otra vez.
Tranquila
cariño, aunque tus sentimientos estén jugando a la montaña rusa, pronto se
cansarán, se irán y llegarán otros más coloridos que harán juego con tu poderosa
semillita de fe.
Un pequeño
recordatorio es todo lo que necesitas. Una notita mental que pinte un nuevo
paisaje en el lienzo de tu corazón, y te recuerde que, una fe inquebrantable no
es aquella que hace alarde de su tamaño, fuerza y autosuficiencia, sino aquella
que, a pesar de sentir el aliento de la duda y el temor, decide saltar a los
brazos de su creador, susurrando:
“Mis sentimientos no tienen el poder de ahogar
mi fe cuando estás conmigo. Aunque vientos contrarios salgan a mi encuentro me
visto con la fidelidad de tus promesas, porque al final, mi victoria no depende
de mí habilidad, sino de la tuya. Así que descanso en ti”.
Un poco de reposo es todo lo que necesitas,
un vasito de agua fresca para tu fe sedienta,
un arcoiris de posibilidades,
un picnic con la esperanza.
“En cambio, los que confían en el Señor encontrarán nuevas fuerzas; volarán alto, como con alas de águila. Correrán y no se cansarán; caminarán y no desmayarán”.
– Isaías 40:31 (NTV)
Amor y gracia,
Sandy