“No entiendo en absoluto el misterio de la gracia, solo que nos encuentra donde estamos, pero no nos deja donde nos encontró”. – Anne Lamont
Desplómate en el
lugar correcto. Desplómate al pie de la Cruz.
No permitas que
el trauma de momento te robe el milagro que Jesús está a punto de hacer en tu
vida.
Si, su cuerpo está ensangrentado.
Si, su rostro refleja dolor.
Si, las circunstancias parecen estar en su contra, y
la realidad del momento te grita que él no está en capacidad de ayudarte. No le
creas. Te recuerdo que estás en el lugar correcto.
Aunque la desesperanza nuble tu corazón.
Aunque la fe parezca estar ausente.
Aunque tengas más preguntas que respuestas.
Aunque los hechos te coronen de amargura.
Aunque todo parezca estar perdido y la salida más lógica sea darte por vencida.
Su suave e
imponente susurro te invita a seguir orando, a seguir creyendo a seguir
esperando en el cumplimiento de sus promesas, porque en el jardín de la
imposibilidad humana es donde florecen los milagros divinos.
No, no estás sola.
No, tu historia no termina aquí.
Te desplomaste en el lugar correcto, aquí, al píe de
la Cruz —la entrada al jardín de su Gracia, donde su amor sale a tu encuentro
para vestirte de justicia y misericordia.
Cada lágrima es tomada en cuenta.
Cada desvelo registrado.
Jesús fue declarado culpable para que fueras declarada
inocente.
Cargó tu condena para que camines en total libertad.
En la Cruz destronó todos tus miedos para que vivas en
la plenitud de su amor.
Lo único que te pide es que descanses en su abrazo y
seas receptiva a la gracia que derrama constantemente sobre tu vida.
Estás en el
lugar correcto.
“Ustedes conocen
la gracia generosa de nuestro Señor Jesucristo. Aunque era rico,
por amor a ustedes se hizo pobre para que mediante su pobreza pudiera hacerlos
ricos”
- Corintios 8:9 (NTV)
Amor y Gracia,
Sandy