Pero es precisamente nuestra incapacidad
de ayudarnos a nosotras mismas lo que abre paso a las ilimitadas posibilidades
de nuestro Dios.
¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes?
Creo importante hacernos estas
preguntas y contestarlas honestamente. La fe no es una negación de la realidad,
sino un acto de reposo en aquel que nos ama, quiere lo mejor para nosotros y es
soberano sobre todo y todos.
Francamente, es muy normal sentirnos
vulnerables, ansiosas y temerosas ante el cambio abrupto que nos ha tocado
protagonizar. Nos cambiaron el fondo musical, la coreografía y hasta el
vestuario.
Pero, Jesús no ha cambiado. Jesús entiende,
está más cerquita, y valora nuestra transparencia.
Una oración sencilla, sincera, orgánica y
vulnerable siempre llega con agrado al corazón de Dios.
De pronto te pasa lo mismo que a mí, un día
te sientes arriba y otro de bajada en una montaña rusa… un nudito en la
garganta, un frio en el estómago, una tristeza en el corazón — basta ir al
súper y vernos con mascarás y guantes para querer despertar de lo que por
momentos parece una película.
Y justo en medio de esta amalgama de
emociones, Jesús nos invita a refugiarnos en su abrazo, en su amor, en su
fidelidad… no te sorprendas si a medida que te pierdes en la aprobación de su
mirada y pierdes noción de lo que te rodea, te invade una paz que sobrepasa tu
entendimiento y un gozo que se eleva por encima de tus circunstancias.
“No tengan miedo. ¡Tengan ánimo! ¡Yo estoy aquí!
– Jesús
Podemos ser fuertes y vulnerables al mismo
tiempo; confiar y llorar; ver el panorama nublado y aferrarnos a la esperanza
de que los planes de Dios son buenos, que lo mejor está por llegar.
No somos de piedra, somos humanos, Jesús nos
entiende, nos cuida y nos envuelve en su gracia.
¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes?
Sé honesta con tus sentimientos, sé
honesta con Jesús. Ofréndale tus sentimientos encontrados y permite que su
poder que haga fuerte en tu debilidad.
“Pues yo sé los planes que tengo para
ustedes —dice el Señor—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para
darles un futuro y una esperanza”.
– Jeremías 29:11 (NTV)
– Jeremías 29:11 (NTV)
Amor y Gracia,
Sandy