viernes, enero 10, 2020

41,000 NUEVAS OPORTUNIDADES



Tres cosas la mantienen de pie: Su presencia, Su gracia y el poder de la oración.


Cada respiración abre paso a una invitación que sana, restaura y transforma.

Sin importar las circunstancias que rodean tu vida, diariamente puedes contar con esta fuente inagotable de gracia y misericordia reservada especialmente para ti.

Si tomamos en consideración que respiramos aproximadamente 41,000 veces al día, tenemos cuantiosas nuevas oportunidades para ser receptivas al banquete que Jesús nos ofrece a través del regalo de la oración.

Cuando aprendemos a ver la oración como un privilegio y no como un compromiso para llenar espacio en nuestra agenda religiosa, somos transformadas en la dulzura de su presencia.

Su presencia nos invita a dialogar sin necesidad de palabras rebuscadas sino con la simpleza y humildad de un corazón sediento y dispuesto a recibir.


Su presencia nos invita a confiar, a soltar, a desnudar nuestro corazón sin temor al rechazo.



 Jesús entiende nuestro silencio y la elocuencia de nuestros suspiros. Y es precisamente en su presencia donde encontramos verdadero significado y plenitud.

Podemos conversas con Jesús de muchas maneras: en nuestro pensamiento, en voz audible, en el silencio, en la contemplación de la naturaleza, en la meditación de su palabra, solo por mencionar algunas.

 Una de mis favoritas es, a través de un diario de oración, esa libretica reservada para escribir lo que muchas veces no podemos expresar de otra manera.

Siempre me gusta dejar un espacio en blanco para anotar sus susurros de amor y afirmación que llegan a través de un pensamiento, de un fragmento de la Biblia, de una canción, de un sabio consejo, en fin, sus recursos para llamar nuestra atención son muy especiales y creativos.

En la medida que seas receptiva a su presencia, te aseguro que descubrirás la manera perfecta que se adapte a tu personalidad y estilo de vida.

41,000 nuevas oportunidades para ser sanadas, restauradas y transformadas.

“Tú me enseñaste a vivir como a ti te gusta. ¡En tu presencia soy muy feliz!
¡A tu lado soy siempre dichoso!” – Salmo 16:11 (TLA)

Amor y Gracia,

Sandy