“Elige lo que
Dios ha susurrado en silencio a tu corazón”.
– Bonnie Gray
No sé si te pasa
lo mismo que a mí, pero no hay cosa que me distraiga más que una película en
inglés con traducción al español, principalmente si estoy familiarizada con las
voces originales de los actores. ¡Qué sé yo! Se me hace que no hay armonía
entre el personaje y el timbre de voz. Y ni hablar de la sincronización, a
veces la boca anda por un lado y el dialogo por otro.
El otro día pensando, me vino a la mente que muchas veces nos pasa exactamente lo mismo con Dios. ¿Será
que hemos aceptado su voz con doblajes que están totalmente desligados de la
esencia de su carácter y la magnitud de su amor? ¿Será que hemos adoptado la
idea de que Dios es seco, rígido y con poco sentido de humor?
Jesús quiere ser
conocido por experiencia y no por referencia, porque si el relato está
equivocado, nuestras creencias también lo estarán.
Cuantas veces no
hemos juzgado por apariencia o por la opinión de otros, y terminamos diciendo: “No
sabia que ‘fulana’ era tan agradable y simpática. Tenía otro concepto de ella”.
De la misma manera…
No hay nada que sustituya la dulce voz de Jesús hablándonos cerquita, clarito y personalmente.
Amiga, cada
instante hay un manjar preparado especialmente para ti y para mí. Jesús nos
espera con brazos abiertos, lleno de gracia y compasión, para recordarnos que fuimos
creadas para hablar cara a cara con Él —sin caretas
ni pretensiones.
Él conoce cada detalle
de nuestra historia y extiende sus brazos de amor para recordarnos que Él es
bueno, que Él nos ama y que los planes que Él tiene con nosotras superan los
nuestros.
La voz de Dios
es firme, dulce y apacible a la vez.
La voz de Dios
no condena. Sana, restaura y trae descanso.
La voz de Dios
no trae confusión. Nos invita a confiar y a descansar.
Lo voz de Dios
no nos pone ansiosas. Nos abraza con Su paz y nos viste de Sus promesas.
Amada amiga, Jesús
te invita a conocerlo por experiencia y no por referencia —Segura en su abrazo,
plantada en su amor, reposada en su fidelidad.
“Con su amor
calmará todos tus temores”. - Sofonías
3:17 (NVI)
Amor y Gracia,
Sandy