“Tu necesidad
más profunda se convierte en un regalo cuando te impulsa a depender de Dios”.
–
Graig Groeschel
Todas tenemos
cicatrices que cuentan historias que hubiéramos preferido evitar,
pero nadie nace
con una maestría en sabiduría ni con un diplomado en perfección;
aprendemos con
tropezones,
crecemos a
través del fracaso,
nos hacemos
fuertes levantándonos cuantas veces sea necesario hacerlo,
aunque duela, aunque
nos sintamos atrapadas en arena movediza.
Todas tenemos
heridas que han tardado más de la cuenta en sanar,
estancadas en
sentimientos que nos intimidan, nos debilitan;
no niegues como
te sientes,
valida la voz soberana
que te recuerda que estás sanando,
que cada vez
duele menos,
que cada pasito
de fe cuenta,
que, aunque no
lo creas, sí estás avanzando.
Cuando dejamos de pretender, cuando abrazamos nuestro dolor y le entregamos cada pieza quebrada a Jesús, entonces comienza nuestro proceso de sanidad.
Todas tenemos un
Salvador que nos ama de manera única e individual,
que se identifica
con cada una de nuestras lágrimas,
que valida cada
uno de nuestros sentimientos,
que entiende
todos nuestros temores y debilidades,
que su amor no
se empaña por nuestros errores,
que en nuestro
momento más oscuro sale a nuestro encuentro.
Todas tenemos un
Salvador que suple de manera abundante cada una de nuestras necesidades,
que nos lleva de
la mano y nos invita a descansar,
que nos infunde
nuevas fuerzas,
que nos hace
sentir seguras en medio de las circunstancias que intentan desestabilizarnos
emocionalmente,
Todas tenemos un Salvador que nos viste de sus promesas,
que nos protege con su presencia,
que dispone un banquete de bendiciones ante nosotras,
que nos abraza con su bondad y amor,
que nos arropa con su mano soberana,
que nos abraza con su inmerecida gracia.
Sí, todas tenemos cicatrices,
todas tenemos heridas,
todas tenemos un Salvador,
todas tenemos a Jesús,
y si tenemos a Jesús, lo tenemos todo.
"Mi copa se desborda de bendiciones. Ciertamente tu bondad y tu amor inagotable me seguirán todos los días de mi vida". - Salmo 23:5-6 (NTV)
Amor y Gracia,
Sandy