viernes, junio 07, 2019

LA GRACIA DE SOLTAR Y RECIBIR

 

“Derrite tu corazón recordando la gracia”. 
– Timothy Keller



¿Qué quieres que haga por ti?

Imagínate a Jesús a tu lado esperando una respuesta de tu parte. ¿Qué le dirías? ¿Cuál fuera tu reacción? ¿Te refugiaras en la seguridad de su abrazo? ¿Te perdieras en la aprobación de su mirada?

Aunque estemos conscientes o no, diariamente Jesús nos invita a acercarnos con confianza a su trono de gracia, para abrazarnos con su favor en nuestro momento de mayor necesidad.

Pero, muchas veces validamos más las voces del temor, la culpa y la duda, y quedamos atrapadas en las garras de una vergüenza vestida de humildad —seguras del poder de Dios y de su amor, pero no de que se puedan hacer realidad en nuestras vidas.

¡Mentira y mil veces mentira!


La gracia de Dios nos abraza en el momento que menos la merecemos, pero cuando más la necesitamos. 



La gracia de Dios no está reservada para los perfectos y obedientes, sino para aquellos que encajan bajo la categoría de insensato, débil, bajo y despreciado. Los que saben que hasta para obedecer necesitan el favor de Dios.

En la medida que rendimos nuestras armas nuestra mentalidad de querer ganar la aceptación de Dios en nuestras propias fuerzas, y nos dejamos amar por Él en medio de nuestros dilemas y cuestionamientos, encontramos la esencia de la verdadera libertad en el aplauso de un Jesús misericordioso, paciente, comprensivo y amoroso.

¿Qué quieres que haga por ti?

Suelta tus temores, la culpa, la ansiedad, la preocupación, la necesidad de querer controlarlo todo, y recibe su amor, su gracia, su perdón, su confianza, paz mental, estabilidad emocional y un nuevo comienzo.

Se necesita humildad para recibir lo que sabemos que no merecemos; fe, para abrazar la magnitud de la gracia otorgada; gratitud, para apreciarla, y misericordia para compartirla con otros.

Jesús sale a tu encuentro para amarte y restaurarte, no para condenarte.

“Así que acerquémonos con toda confianza al trono de la gracia de nuestro Dios. Allí recibiremos su misericordia y encontraremos la gracia que nos ayudará cuando más la necesitemos”.  – Hebreos 4:16 (NTV)

Amor y gracia,

Sandy