No es la
perfección lo que nos califica, sino la belleza de un corazón sincero, humilde
y vulnerable ante Jesús.
Jesús ama la sinceridad
de un corazón con más preguntas que respuestas...
Muchas veces
perdemos la oportunidad de compartir los verdaderos colores de nuestro corazón
con Jesús, por temor al rechazo, cuando en realidad no hay nada en nuestro
interior que Él no sepa —aun así, nos ama y se deleita en pasar tiempo con
nosotras —.
Nos escondemos
detrás de palabras rebuscadas, y formalismos que lo único que hacen es alejarnos
más y hacernos sentir hipócritas. Pero Jesús es tan bueno y paciente que, en
vez de hacernos sentir inadecuadas, nos revela lo valiosa y especial que somos
a pesar de nuestras faltas y fracasos, para que a la luz de su amor ganemos la
confianza de ser nosotras mismas, y podamos desempacar las cargas de nuestro corazón
sin temor ni vergüenza.
Un corazón vulnerable que corre a los brazos de Jesús siempre encuentra sanidad, dirección y reposo.
Acerquémonos con
la entrega de María Magdalena, quien contra toda crítica y opinión adversa se
postró a los pies de su Salvador. Sus lágrimas expresaron lo que sus palabras no
pudieron, y el llanto interno de su corazón fue intercambiado por un nuevo
comienzo.
¿Qué hubiera
pasado si ella en vez de haberse enfocado en la gracia que Jesús le ofrecía se
hubiera enfocado en sus sentimientos encontrados y en las voces que la desanimaban?
¡Pero no fue así!
Por esa razón su historia sigue siento
relevante, fresca e inspiradora para cada una de nosotras.
Amiga, Jesús no
solo te invita a acercarte con total libertad a su presencia de amor y gracia,
sino que también, te lleva en sus brazos, camina al paso que puedas andar y te
escucha con paciencia.
No hay nada en
la historia de tu vida, por más dolorosa que sea, que Dios no pueda transformar
en belleza, crecimiento y propósito. Él tiene la última palabra.
¡Eres amada y
aceptada tal como eres!
"… pues tu Dios está contigo y con su poder te salvará.
Aunque no necesita de palabras para demostrarte que te ama, con cantos de
alegría te expresará la felicidad que le haces sentir".
– Sofonías 3:17 (TLA)
Amor y gracia,
Sandy