Nuestra arma más
poderosa se encuentra en sabernos amadas por Jesús y ser receptivas a su amor
incondicional, principalmente en medio de nuestros errores y fracasos.
Jesús te
entiende, Jesús te escucha, Jesús te habla…
Muchas veces se
nos hace más fácil hablar con una amiga y buscar su hombro que correr a los
brazos de Jesús y desempacar a la luz de su gracia las heridas que llevamos en
nuestro interior.
Obviamente, no
hay nada de malo en hablar con una amiga, desahogarnos y buscar un buen
consejo, pero hay momentos que lo único que nuestra alma anhela es la compañía,
la comprensión y el susurro de nuestro Salvador.
Y justo en medio
de ese caos interno y ese lleva y trae de razonamientos se cuela la dulce voz
de Jesús recordándonos que no somos definidas por nuestro temperamento, por
nuestros problemas, por nuestras faltas, ni nuestros miedos…
¡Somos definidas
por Su amor!
“Defínete radicalmente como amada por Dios. Ese es tu verdadero yo”. – Brennan Manning
Cree, vive,
abraza y celebra la opinión que Dios tiene de ti.
Amiga, Su amor no
está condicionado al tamaño de tu fe, a tu madurez espiritual ni a tu registro
de buena conducta.
Jesús no vino a exaltar
la perfección, sino a amar, levantar y restaurar al caído. Por eso en medio de
tus desiertos puedes refugiarte en sus brazos sin temor al rechazo.
En la cruz Jesús
destronó todos tus temores y pecados para que vivas cada día en la plenitud de Su amor.
¡Eres definida
por Su amor!
De su
abundancia, todos hemos recibido una bendición inmerecida tras otra. Pues la
ley fue dada por medio de Moisés, pero el amor inagotable de Dios y su
fidelidad vinieron por medio de Jesucristo.
– Juan 1:16-17 (NTV)
Amor y gracia,
Sandy