“Recuerda, Dios
es tu todo. Él es tu gozo en tiempo de dolor; paz, en tiempo de confusión, y
poder, en momentos de debilidad”. – T.D. Jakes
Conozco esa
mirada…
Déjame secar
esas lágrimas, no te preocupes, no estás sola. Entiendo cómo te sientes, créeme
que lo sé, pero existe una realidad mayor que esa avalancha de emociones que te
consume.
Jesús está por
encima de tu estado de ánimo, de las circunstancias que te rodean, de todas tus
preocupaciones.
En este momento
te sientes atrapada en un mar de imposibilidad, pero precisamente esa es la
especialidad de nuestros Dios —abrir caminos en el desierto, ríos en lugares
secos, puertas que nadie puede cerrar y oportunidades que superan nuestras
expectativas—.
¡Absurdo! Grita
tu razonamiento, y esta es la mejor parte, porque la fe camina en vía
contraria a lo que tiene sentido y se burla de lo que puedes percibir con tus
ojos naturales.
¿Si me entiendes?
¡Dios no te
trajo hasta aquí para abandonarte! Dios te trajo hasta aquí para cambiar tu
perspectiva, para enseñarte a bailar sobre las olas de la adversidad, para que
entiendas que no es en tus propias fuerzas, sino en Su soberanía, en Su amor y
en Su gracia.
“No niegues como te sientes, pero no permitas que tus sentimientos gobiernen tu vida”. – Joyce Meyer
Chica, no es cuestión
de cómo te sientes, sino de en quién tienes puesta tu confianza, tu esperanza,
tu fe.
Dios perdona
todos tus pecados ¡Créele!
Dios sana todas
tus dolencias ¡Créele!
Dios rescata tu
vida del sepulcro ¡Créele!
Dios colma de
bendiciones tu vida ¡Créele!
Dios te rejuvenece
como a las águilas ¡Créele!
Ahora si estamos
hablando… me gusta ver esa sonrisa pintada en tu rostro…
Recuerda que Dios es más grande que tus
temores, que tus circunstancias, que tus carencias. Dio te ama, y te trajo
hasta aquí para glorificarse en tu vida. ¡Créele!
“Clama a mí y te
responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes”. Jeremías 33:3
Amor y gracia,
Sandy