Cuando ignoro
las voces a mi alrededor y presto un poquito de atención, comienzo a escuchar
la dulce voz de Jesús refrescando cada rincón de mi mente y mi corazón.
¿Cuál opinión
vas a validar?
Diariamente se
libra una batalla importante en nuestra mente. Por un lado, el enemigo insiste
en definirnos por nuestras faltas, caídas, fracasos y malas decisiones —señala
minuciosamente nuestros pecados para hacernos sentir avergonzadas e indignas
del amor y el perdón de Dios…
Por otro lado,
Jesús nos recuerda que con su vida pagó el precio de nuestra libertad, que
nuestra identidad está en quienes somos y no en lo que hacemos, que nuestros
fracasos no nos definen, que en Él tenemos un nuevo comienzo y que Su gracia —favor
gratuito e inmerecido— es suficiente.
El secreto está en creerle a Jesús con la simpleza e ingenuidad de un niño, por encima de nuestro estado de ánimo.
No seamos
pasivas con los pensamientos que rondan nuestra cabeza, ni nos traguemos el
cuento de que no tenemos control sobre ellos. Jesús está de nuestra parte y su
palabra es el arma que destruye todo sarcasmo que intenta contradecir la
opinión que Él tiene de nosotras y de nuestra situación.
¡Su Palabra es
la verdad que nos libera! ¡Es la luz que guía nuestro camino!
Así que cualquier
pensamiento que camine en vía contraria a la opinión de Dios intente aterrizar
en nuestra cabeza le decimos:
¡Quedas bajo
arresto!
Por bombardear
mis emociones con misiles de culpabilidad y vergüenza. Bien sabes que Jesús
pagó el precio de mi libertad, me vistió de fortaleza y dignidad, y no hay nada
que puedas hacer para evitarlo.
¡Quedas bajo
arresto!
Por revivir
heridas del pasado y por querer definirme por mis malas decisiones. No hay
error tan grande, no hay herida tan profunda, no hay pecado tan vergonzoso que
la sangre de Cristo no redima, sane y restaure. Donde abundó mi pecado,
sobreabundó su Gracia, y me aferro a esta verdad con uñas y dientes.
¡Quedas bajo
arresto!
Por hacerme
sentir indigna del amor de Dios y del cumplimiento de sus promesas sobre mi
vida, ¡Nada puede estar más lejos de la verdad!
Dios nos mira a través del sacrificio de la vida de su hijo, y mira belleza y pureza en nosotras.
– Katherine Ruonala
¡Podrás volar
sobre mi cabeza, pero en el momento que intentes hacer nido en ella quedarás
bajo arresto!
Destruimos
argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y
llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo.
– 2 Corintios
10:5
Amor y gracia,
Sandy