sábado, agosto 18, 2018

EL ARTE DE SEGUIR PEDALEANDO


El guerrero considera la oposición del enemigo como una señal de que va en la dirección correcta. – Lisa Bevere




La última palabra la tiene Dios —no nuestros sentimientos, nuestras circunstancias ni la opinión de los demás.

Si sientes que lo que Dios te ha prometido parece ahogarse en el mar de hechos visibles, no te rindas… pedalea con la seguridad de que Dios siempre cumple sus promesas. Sus planes superan los nuestros, para Él no hay nada imposible.

Si las pruebas te llevan a la puerta de la preocupación, y la ansiedad consume tu esperanza, recuerda que Dios te ha dado la capacidad de elección… sigue pedaleando. 


Recuerda, cuando alineas tus pensamientos a la perspectiva de Dios puedes ver más allá de tus limitaciones, aunque tus emociones te hagan pensar lo contrario.


En el instante que la voz de la acusación venga a marearte con sus argumentos, deja que su soberanía se encargue del caso… pedalea querida amiga, que la culpa y la condenación se desvanecen ante la presencia de su gracia y el poder transformador de su amor.

Y mientras pierdes de vista lo que fue y abrazas lo que Dios ha prometido que será, sigue pedaleando con determinación, tanto en días grises como en días soleados, hasta que tu deseo de avanzar baile al ritmo de su susurro y su voz de afirmación.

En el trayecto, tus emociones podrán hacerte sentir que estás extraviada y que Dios se ha olvidado de ti. ¡No le creas!… sigue pedaleando, sigue creyendo, sigue reposada en Jesús. Recuerda, los milagros ocurren donde termina la sabiduría humana.

A medida que nuestro pensamiento asciende a la forma de pensar de Dios, la preocupación muere.

 – Gregory Dickow


Es precisamente en medio de ese proceso de transición —lleno de retos y oraciones “aparentemente no contestadas” donde experimentamos de manera sobrenatural la manifestación de su amor, el abrazo de su gracia y la grandeza de su poder.

Y en la medida que confrontamos nuestras dudas con la verdad de sus promesas, cultivamos estabilidad y sentido de dirección, lo que nos garantiza una cosecha de crecimiento, fortaleza y victoria.

¡A pedalear se ha dicho! Reposadas en Jesús, seguras en sus promesas, conscientes de su favor, felices en su presencia.

Eres bendita porque creíste que el Señor haría lo que te dijo. – Lucas 1:45

Amor y gracia.

Sandy