sábado, enero 27, 2018

MI VICTORIA COMIENZA AQUÍ




El desaliento intentará venir a nuestras mentes para bajar nuestras cabezas, pero Jesús quiere levantar nuestras cabezas y hacernos radiantes. – Katherine Ruonala



… Y cuando pensé que hablaba sola, interrumpiste mi silencio con palabras de amor y afirmación.

¡Cuánta paciencia has tenido conmigo! Gracias por caminar al paso que puedo andar y por no añadir carga a mi abrumado corazón. ¡Al contrario!, tu simple compañía me refresca, me restaura, me hace soñar con un nuevo comienzo.

No te importa tocar mis llagas, vendar mis heridas, enjugar mis lágrimas, y acompañarme en cada parte el proceso. 

No te enojas cuando te cuestiono ni me cierras las puertas de tu corazón cuando valido la voz de la duda por encima de tu verdad. Sólo me abrazas un poquito más fuerte y me dices: Yo estoy aquí contigo. Yo soy tu lugar seguro. En mis brazos el temor no tiene acceso a ti.

… Y justo cuando pienso que no hay esperanza para mí, tu gracia sale a mi encuentro con cantos de redención, restitución y victoria.



Tu poder se hace fuerte en mi debilidad; me das bellezas en lugar de cenizas, traje de fiesta en vez de desaliento, alegría en vez de luto, dignidad en vez de vergüenza, libertad en vez de condenación.

Entonces entendí que la victoria no es un evento de un día, sino la combinación de pequeños y temblorosos pasitos de fe en medio del temor, la duda y emociones despeinadas.

Sí, mi victoria comienza aquí, en el regazo de Jesús —en mi vulnerabilidad, imperfección y sentimientos encontrados —. Cual niña herida que corre a los brazos seguros de su padre y encuentra amor, aceptación y reposo.

“Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo sino el Espíritu que procede de Dios, para que entendamos lo que por su gracia él nos ha concedido.”
– 1Corintios 2:12 (NVI)

Amor y gracia,

Sandy