sábado, diciembre 16, 2017

CUANDO PONGO MI MIRADA EN JESÚS



Algunas veces Dios nos lleva a aguas profundas para enseñarnos a descansar en su mirada, y así aprender a bailar sobre las olas de la adversidad.

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En mi opinión, la disciplina más importante que debemos cultivar desde el momento que abrimos los ojos en las mañanas, es aprender a bajarle el volumen a todas las voces que compiten por nuestra atención y subirle el volumen a la voz de Dios.

¿Sabías que a Jesús le encanta pasar tiempo contigo? 

Cada día la mesa está servida —deliciosas promesas, misericordias frescas, exquisitas palabras de afirmación y sanidad, bocaditos de sabiduría, pastelitos de gozo, y mucho más —. El plato fuerte es Jesús mismo, quien nos espera con una sonrisa, deseoso de escucharnos y equiparnos correctamente para las responsabilidades diarias.

Y es precisamente en nuestra disposición de acercarnos libremente y disfrutar de su compañía y alimento lo que nos hace felices, disfrutar la simpleza de la vida y mantenernos fuertes y esperanzadas en nuestros momentos más amargos.


Cuando meditas en la Palabra de Dios, estás poniendo tus pensamientos en cosas más altas y poniendo tu vida en la dirección del plan que Dios tiene reservado para ti. – Joel Osteen

 


Nuestra victoria sobre la adversidad se encuentra en ajustar el lente y poner nuestra mirada en Jesús, quien dulcemente nos dice:

Yo soy el pan de vida. Si alguno come de este pan, vivirá para siempre.

Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.

Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.

Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.

Y a medida que descansas tu mente y corazón en la verdad de Jesús, tus miedos no tendrán más remedio que derretirse; tus oraciones serán del tamaño de Dios, no de tus miedos y circunstancias; aprenderás a soltar la carga; le dirás sin vacilar a la montaña: serás llanura ante mis pies, porque Dios está conmigo. Él gana todas las batallas.

No mires a tu alrededor. Mira a Jesús. Y no te sorprendas si te invade una paz que sobrepasa tu entendimiento y un gozo que te eleva por encima de tus circunstancias. Amiga, ese es Jesús enseñándote a bailar sobre las aguas.

 De aquel que cree en mí, como dice la Escritura, brotarán ríos de agua viva.
 – Juan 7:38

Amor y gracia,

Sandy