Dios me ha dado
la habilidad de elegir mi diálogo interno. No todo lo que aterriza en mi mente
merece mi atención.
¿Qué opinión vas
a validar?
Diariamente se
libra una batalla importante en nuestra mente. Por un lado, el enemigo insiste
en definirnos por nuestras faltas, caídas, fracasos y malas decisiones—señala
minuciosamente nuestros pecados para hacernos sentir avergonzadas e indignas
del amor y el perdón de Dios.
Por otro lado,
Jesús nos recuerda que nuestra verdadera identidad está en Él, no en nuestras
faltas. Nos hace claro que a través de su muerte pagó el precio total de todos
nuestros pecados, que llevó sobre sí mismo la penalidad de todas nuestras
trasgresiones, para darnos salvación —perdón de pecados, vida eterna, sanidad
espiritual, física y emocional, restauración, restitución, libertad y todas las
bendiciones de acuerdo a sus riquezas en gloria.
Lo que no añade, resta. Y cualquier pensamiento que no contribuye con la opinión que Dios tiene de mí no debe ocupar espacio en mi mente.
No seamos
pasivas con los pensamientos que rondan nuestra cabeza, ni nos traguemos el
cuento de que no tenemos control sobre ellos. Jesús está de nuestra parte y Su
palabra es el arma que pulveriza, aniquila y destruye todos los
dardos del enemigo. ¡Es la verdad que nos libera! ¡Es la luz que guía nuestro
camino!
Así que cada vez
que cualquier pensamiento que contradiga la opinión de Dios intente aterrizar
en nuestra cabeza le decimos:
¡Quedas bajo
arresto!
Por bombardear
mis emociones con misiles de culpabilidad y vergüenza por mis errores pasados.
Jesús ha pagado el precio de todos mis pecados y me ha justificado a través de
su preciosa sangre en la cruz del calvario.
¡Quedas bajo
arresto!
Por revivir
heridas del pasado y querer definirme por mis malas decisiones. No hay error
tan grande, no hay herida tan profunda, no hay pecado tan vergonzoso que la
sangre de Cristo no pueda redimir. Donde abundó mi pecado, sobreabundó su
Gracia—favor inmerecido de Dios—.
¡Quedas bajo
arresto!
Por hacerme
sentir indigna del amor de Dios y del cumplimiento de sus promesas sobre mi
vida, ¡Nada puede estar más lejos de la verdad!
Dios nos mira a través del sacrificio de la vida de su Hijo, y mira pureza y belleza en nosotras. -Katherine Ruonala
Puedes volar
sobre mi cabeza, pero en el momento que intentes hacer nido en ella tratando de
robar mi paz y sembrando temor, quedarás bajo arresto, porque soy hija legítima
de Dios, justificada por gracia a través de Cristo Jesús.
Destruimos
argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos
cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo.
– 2 Corintios 10:5
Amor y Gracia,
Sandy