sábado, junio 03, 2017

JESÚS SONRÍE MÁS DE LO QUE TE IMAGINAS



Una mujer libre se deja amar por Dios, se deja abrazar por su gracia y acepta su identidad en él.


¿Cómo describes el rostro de Jesús?

¿Amigable?, ¿dulce?, ¿lleno de amor?

¿Qué te dice su mirada?

¿Cómo te sientes en su presencia? 

¿Aceptada?, ¿amada?, ¿completa?

¿Sabes algo? Por mucho tiempo me sentí rechazada por Dios. Sin darme cuenta permití que la voz de la culpa y la vergüenza me mostraran una cara de Dios totalmente opuesta a la realidad.

Todas tenemos debilidades, todas tenemos hojas arrugadas en el libro de nuestras vidas y capítulos que preferimos leerlos en voz baja. Pero por más disfuncional que sea nuestra historia jamás debemos permitir que ésta nos defina ni nos haga vernos a través de los ojos de la desesperanza, la conmiseración y el fracaso.

Jesús no vino a aplaudir la perfección y a premiar al hombre por sus buenas obras; Jesús vino a redimir, levantar, restaurar y amar al caído.


No exhibas tus heridas como grilletes, sino como el imán que atrae la sobreabundante gracia de Dios sobre tu vida.


Amiga, Jesús no quiere que lo conozcas por referencia ni a través de experiencias ajenas. Jesús quiere que experimentes su amor de primera mano —cerquita de su corazón, segura en sus brazos, libre de culpa y equipajes innecesarios—.

Jesús te sonríe muchísimo más de lo que te imaginas.

Jesús te ama más de lo que tu mente humana puede procesar.

Jesús sale a tu encuentro en tu momento de mayor oscuridad, no para condenarte, sino para recordarte que él pagó la deuda de tu libertad. Te recibe con una sonrisa en su rostro; te abraza, te recuerda lo valiosa y especial que eres para él; te viste de justicia y hace una fiesta celebrando tu llegada. ¡Así de maravilloso es nuestros Dios!

Deja de mirarte a ti misma y mira a Jesús. Piérdete en su mirada, disfruta de su abrazo, acepta su amor y el regalo de su gracia… verás cómo tu insuficiencia es suficiente para él.

Es mi deseo que experimenten el amor de Cristo, aun cuando es demasiado grande para comprenderlo todo. Entonces serán completos con toda la plenitud de la vida y el poder que proviene de Dios.

-Efesios 3:19


Amor y gracia,

Sandy