sábado, mayo 13, 2017

CONFESIONES DE UNA TAZA DE CAFÉ



Jesús no te pide que cambies. Te pide que le permitas abrazarte en tu condición actual ¡Su amor se encarga del resto!


Querida amante del café:

Por mucho tiempo he sido tu amiga incondicional, tu confidente y compañera de bellos momentos.

Escucho tus silencios, tus suspiros y todas esas conversaciones que tienes con Jesús; incluso las que prefieres escribir en tu diario personal para que nadie escuche tus dilemas y esos razonamientos locos que sólo tienen sentido cuando los compartes con él.

¡Nadie te conoce y te entiende más que Jesús!

 


¿Sabías que él nunca se aparta de tu lado? Su presencia te acompaña a todas partes, lo que pasa es que muchas veces le crees más a tu estado de ánimo que a sus promesas.

Tienes que ver su rostro cuando lloras en confusión y miedo; te atrae hacia él, y con dulzura te susurra al oído: “No temas, yo estoy aquí. Cuando estás consciente de mi amor por ti, el temor no tiene más remedio que huir.”

A veces parecieras no escucharlo, pero él nunca ha dejado de hablarte con palabras de afirmación y aprobación, como tejiendo con su voz un manto de paz que te conforta y te permite descansar.

¿Recuerdas la primera vez que le abriste las heridas más profundas de tu corazón? Sólo bastó una mirada suya para que la vergüenza saliera despavorida; a cambio te vistió con su gracia maravillosa y con su gran misericordia.

¡Jesús te ama muchísimo más de lo que tú humanidad puede procesar!

 


Disfruto ver su cara sonriente, llena de satisfacción, cuando te atreves a pedirle por todo aquello que escapa de tu control, de tu poder, de tus recursos y conocimientos. ¡Definitivamente le gusta que creas en él!

Muchas personas piensan que molestan a Dios cuando le piden por lo imposible, pero creo que es precisamente ese tipo de oraciones las que lo hacen sonreír.

Regularmente me mantengo callada, y tú bien lo sabes, pero necesitaba decirte estas cosas para que nunca dudes del amor de Jesús, de su fidelidad y de su constante presencia en tu vida.

No hay problema tan pequeño que él no quiera escuchar, ni tan grande que escape de su poder. Lo mejor de todo es que a él le encanta pasar tiempo contigo y escucharte.

Así que te animo a hacer de su compañía el momento más importante de tu día, no porque él lo necesite, sino porque tú lo necesitas. 

Tu capacidad de recibir más de Jesús está condicionada al tiempo que pases en su presencia.

Con Cariño,

Tu taza de café


Amor y Gracia

Sandy