Algunas veces
Dios nos lleva a aguas profundas para enseñarnos a descansar en su mirada, y
así aprender a caminar sobre las aguas.
¿Son tus
problemas más grandes que Dios, o Dios es más grande que tus problemas?
La respuesta la
sabemos muy bien, pero una cosa es saber y otra muy distinta actuar en armonía con
ese conocimiento.
Y aunque no nos
cabe la menor duda de que Dios es muchísimo más grande que nuestra adversidad,
generalmente nos toca luchar con el mal aliento de algunos razonamientos que
ahogan nuestra fe…
Dios es más grande
que tus problemas, pero tú misma te metiste en ese rollo…
Dios es más
grande que tus problemas, pero Dios está enojado contigo…
Dios es más
grande que tus problemas, pero ¿cuándo fue la última vez que leíste la Biblia?...
Es muy fácil caer
en la trampa de esos empalagosos pensamientos, principalmente cuando medimos a
Dios de acuerdo a lo que vemos y sentimos.
¡No te
desanimes!
La clave está en
ajustar el lente y poner tu mirada en Jesús, quien dulcemente te dice:
Sigue
pidiendo y recibirás lo que pides; sigue buscando y encontrarás; sigue
llamando y la puerta se te abrirá.
Pues todo aquel
que pide, recibe; todo el que busca, encuentra; y a todo el que llama, se le
abrirá la puerta.
¡Dios es honrado cuando actuamos como si Él va a responder nuestras oraciones!
– Mark Batterson
Cuando pones tu
mirada en Jesús, tus miedos no tienen más remedio que derretirse como
mantequilla expuesta al sol.
Cuando pones tu
mirada en Jesús, descubres que en Él tienes fuerza para vencer cualquier
obstáculo que se cruce en tu camino.
Cuando pones tu
mirada en Jesús, tu fe se fortalece y comienzas a orar del tamaño de Dios, no
de acuerdo a tus miedos y circunstancias.
Cuando pones tu
mirada en Jesús, aprendes a soltar tus cargas.
Cuando pones tu
mirada en Jesús, le dices a la montaña sin vacilar: Serás llanura ante mis
pies, porque Dios está conmigo y Él gana todas las batallas.
Mientras meditas en la Palabra de Dios, estás poniendo tus pensamientos en cosas más altas y poniendo tu vida en la dirección del plan que Dios tiene reservado para ti.
-Joel Osteen
Amiga, es tiempo
de sacudirte esa pena y comenzar a caminar en la dirección de Jesús. Nada de lo
que estás pasando escapa de su control, y desde su perspectiva todo se ve
chiquitico.
Jesús te invita
a entrar a su trono de gracia, para que pidas y recibas; busques y encuentres;
llames y se te abra la puerta.
¡Amén!
¡Te deseo una
semana victoriosa y bendecida!
Sandy