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Una
mujer cuya identidad está anclada en el amor de Dios es una mujer completa.
No sé tú, pero uno de mis mayores debates ha sido
sentirme amada por Dios. Ir a la iglesia todos los domingos, participar de estudios
bíblicos, asistir a charlas de mujeres e involucrarme en actividades
ministeriales, no lograron llenar ese vacio tan profunda que tenía en mi corazón.
No tenía ningún problema en decir "Dios nos ama", pero decir “Dios me ama ”, me confrontaba con el triste argumento de
que Dios estaba enojado conmigo y de que
la única manera de ganar su aprobación era aferrarme a un estándar de
perfección —obviamente, eso funcionó para empeorar la situación y hundirme más en
mi desesperación.
Me imaginaba a Dios con cara de palo, sentado en su trono, con un bate de
pelotero en la mano diciéndome cosas como: Te amo Sandy, pero… quiero lo mejor para ti,
pero… si leyeras más la Biblia… si participarás más… si fueras más espiritual…
si fueras como fulana o perendanga...en fin, la bomba atómica de Hiroshima era minúscula
en comparación con mis municiones internas.
¡Gracias a Dios por su paciencia y su misericordia!
En esto consiste el amor verdadero: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como sacrificio para quitar nuestros pecados.
1 Juan 4:10 (NTV)
Dios estuvo a
mi lado siempre, tratando de llamar mi atención, pero yo estaba tan ocupada
escuchando las voces equivocadas, luchando por ganarme su aprobación que terminé
más perdida que el hijo de Limber…pero Dios salió a mi encuentro, me cargó en
sus brazos, vendó mis heridas, me sentó en su regazo y desde entonces sigo
abriendo los tesoros de su amor por mí.
Eso no quiere decir que soy la mega diva de la
espiritualidad, simplemente que la Gracia—favor inmerecido de Dios—me encontró
y diariamente me viste de propósito y significado, independientemente de mis
faltas e imperfecciones. Su amor no se basa en lo que hacemos o dejemos de
hacer, sino en su naturaleza—Dios no sólo es amor, Dios es el amor
Pues las montañas podrán moverse y las colinas desaparecer, pero aun así mi fiel amor por ti permanecerá; mi pacto de bendición nunca será roto—dice el Señor, que tiene misericordia de ti—.
Isaías 54:10 (NTV)
Así, que en ese amor descubrí algunas cosas que
hacen sonreír a Dios y llenan de alegría, paz significado nuestras vidas:
1) Dios
sonríe cuando entiendes que Él no está enojado contigo y aceptas que Él te ama sin condiciones.
2) Dios
sonríe cuando conversas con Él sin pretensiones, ni palabras rebuscadas, sino
con la sinceridad de un corazón necesitado.
3) Dios
sonríe cuando te acercas con confianza a su trono de Gracia, sin miedo al
rechazo y con la completa seguridad de encontrar misericordia en abundancia
para cada una de tus necesidades.
4) Dios
sonríe cuando recibes el regalo de la Cruz y aceptas su intercambio divino—su justificación, su
redención el perdón de todos tus pecados, su abundancia, su amor incondicional,
a cambio de todos tus pecados, tus enfermedades, tus debilidades, tus temores y
tus necesidades.
5) Dios
sonríe cuando te sientes totalmente perdonada, incondicionalmente amada,
libremente aceptada y extremadamente valiosa.
Amiga, si en lo más profundo de tu corazón no te
sientes merecedora de sus bendiciones y piensas que Dios está enojado contigo,
es importante que sepas que ese argumento no puede estar más lejos de la
verdad. Dios te ama, le gusta bendecirte, cumplir los anhelos de tu corazón y verte
sonreír.
Una mujer cuya identidad está anclada en el amor de
Dios es una mujer completa.
¡Suelta! ¡Confía! ¡Recibe!
Ver Video: (https://youtu.be/5UNctRiHRiA)
Feliz Semana,
Sandy