Foto:Pink Sherbet Photography - CC |
"Sin
embargo, las tragedias no deben impedirle a nadie que tenga una visión
positiva, que sea productivo y que viva la vida plenamente."
–
John C. Maxwell (El Lado Positivo del Fracaso)
¿Qué
tienen en común el coco, la almendra, el pistacho y la avellana?
A parte de su valor nutritivo, creo que el punto más
interesante que tienen en común, es que hay que romperlos para poder
degustarlos. Su aspecto externo quizá no sea muy atractivo, pero eso no compite
con el sabor que cada uno de ellos posee.
Los seres humanos debiéramos aprender a ver los
fracasos, las tormentas y las circunstancias dolorosas como un rompenueces —permitiendo que cada experiencia negativa en vez de
definirnos, nos atraiga a puerto seguro, donde seamos protagonistas del amor de
Dios expresado a través de su preciosa Gracia—favor inmerecido y gratuito de
Dios.
Nada fomenta
más valentía que una clara comprensión de la Gracia. Y nada fomenta más temor
que la ignorancia de la misericordia.
– Max Lucado
En el momento que nos estamos tragando el cable del
dolor es muy fácil perder el enfoque y dejarnos guiar por nuestros miedos, pero
es precisamente en esos momentos donde Dios está más cerca de nosotras, para
escuchar aunque sea nuestro silencio, para sostenernos, para posicionarnos en
su regazo y hacerse fuerte en medio de nuestras debilidades.
Lo único que tenemos que hacer es correr a sus brazos, creer que su amor por nosotras es mayor que nuestras circunstancias, esperar el
cumplimiento de sus promesas y seguir adelante. Cada paso de fe, por más
pequeñito que sea, nos acerca a nuestra victoria.
¡Voy a hacer algo nuevo! Ya está sucediendo, ¿no se
dan cuenta? Estoy abriendo un camino en el desierto, y ríos en lugares
desolados.
-Isaías 43:19
Dios entiende la vulnerabilidad de nuestras
emociones, la magnitud de nuestros temores y la cantaleta sin interrupción de
esos pensamientos que vuelan sobre nuestra cabeza. Pero es precisamente en ese
instante, donde debemos tomar la decisión de confiar en la calidad de nuestro
refugio y no en el tamaño de la tormenta.
Decirlo suena más fácil que vivirlo y aunque no hay
una fórmula mágica para superar las dificultades de la noche a la mañana, algo
que siempre me ha ayudado es mantener una libreta de oración, donde le abro mi
corazón de par en par a Dios.
Muchas veces
estamos tan drenadas, que hasta orar en voz audible nos cuesta un montón. La
buena noticia es que Dios sabe leer y siempre nos alienta a través de su
palabra, de una canción, de un mensajito de texto, de una frase acertada que
una amiga publicó en su cuenta da Facebook, en fin, Dios te ama tanto que usa
lo inesperado para hablarte y recordarte que no estás sola en el proceso.
Porque el Señor tu Dios está en medio de ti como
guerrero victorioso. Se deleitará en ti con gozo, te renovará con su amor.
–
Sofonías 3:17 (NVI)
Las pruebas son procesos de transición que nos
llevan de un nivel de crecimiento a otro, acercándonos de manera especial a
Dios, nuestra fuente primaria de propósito y significado en la vida.
Mientras más cerquita estemos de Dios, más pequeños
serán nuestros problemas. Si estás en uno de esos procesos de transición, no se
te ocurra pensar que Dios te ha abandonado. El Creador del universo—Tu papá— va en frente de ti peleando cada una de tus
batallas, cual gigante poderoso e invencible.
No te quedes atorada en tus miedos, recuerda, la fe
nos da alas para volar y lo que hoy parece un obstáculo, mañana será el testimonio de la Gracia de Dios sobre tu vida.
No permitas que las experiencias negativas te
definan, Dios quiere definirte con la manifestación de su amor a través de su Gracia.
Cada pasito de fe te acerca a tu victoria.
¡Feliz Semana!
Sandy