viernes, noviembre 28, 2014

MÍ MISMA… ¡UBÍCATE!



G. Morel - Creative Commons










Una estima propia saludable parte de mi capacidad de aceptar el amor de Dios y dejar que Él me vista con su identidad y me perfume con su esencia.










¿Cuándo fue la última vez que conversaste contigo misma?

¿Cuáles son los pensamientos que dominan el Hit Parade de tu mente? ¿Qué tanta importancia le das a tu dialogo interno? ¿Sabías que recibir el amor de Dios es la clave para tener una buena relación contigo misma y con los demás? 

La manera como nos sentimos con nosotras mismas se refleja en nuestros pensamientos, en nuestras acciones y en la manera como tratamos a los demás, por eso, es muy importante pensar en lo que pensamos, escuchar más , hablar menos y prestarle atención a la música que llevamos dentro—principalmente a la voz de Dios.

Difícilmente nos atreveríamos a llegar a la oficina de nuestro jefe y gritarle en la cara lo feo y grosero que es -al menos que estemos compitiendo por el título mundial de la imprudencia y el desempleo.  Lo cómico del caso, es que nos importa tres pitos llamarnos feas, brutas, ojerosas, tarugas, torpes, barrigonas, mensas, sin tomar en cuenta que estamos dañando el disco duro de nuestra estima propia.

Nos sentamos una y otra vez en el sofá de nuestras heridas para meditar en nuestros errores y en lo que debimos y no debimos hacer. Le abrimos la puerta de nuestra mente al enemigo de nuestra alma para que nos invada de culpabilidad, de ansiedad, de razonamientos, para luego sentirnos miserables y convencernos a nosotras mismas de que nuestro adversario tiene toda la razón.

Dios nos observa y nos susurra con la suave voz que lo caracteriza “Hija, mi sacrificio por ti fue perfecto. Conozco cada detalle de tu historia, por eso te extendí mi Gracia—mi favor inmerecido— en tu momento de mayor necesidad. Es tiempo de que recibas y vivas en mi perdón y no permitas que el enemigo te siga manipulando con sus mentiras.”



La cruz es la evidencia del desmesurado, exagerado, inagotable, ilimitado, perfecto, incalculable, interminable, único, incondicional, infinito, extraordinario, maravilloso, indescriptible, amor de Dios por ti.


Mí misma ¡ubícate! Tienes que recibir con humildad el amor de Dios, para que aprendas a amarte a ti misma y tengas la valentía de desalojar de tu interior esos razonamientos tóxicos que te impiden acercarte con libertad al Trono de la Gracia de Dios. Sólo así podrás disfrutar  el regalo de la vida en abundancia que Jesús pagó para que vivas en libertad.

Nunca olvides que:

El amor de Dios es mayor que tus errores y faltas.

No hay situación tan vergonzosa que escape de la Gracia de Dios.

El amor de Dios es el lugar seguro donde tus temores no tienen autoridad sobre tu vida.



 El miedo te mantiene abajo, pero la fe te da alas.

-Marilyn Skimmer


Eres una creación única y especial, diseñada para bailar sobre las olas de la adversidad.

Eres una obra maestra, capaz de mantener el equilibrio y la estabilidad emocional en medio de caos y el estrés. En tu debilidad Dios es tu fortaleza.

Eres la niña de Dios. Él te esculpió detalladamente en sus manos, para que siempre recuerdes que tu valor depende, única y exclusivamente de su amor por ti.

Eres valiente, no por la ausencia de temor y debilidad, sino por tu capacidad de validar la opinión de Dios por encima de tus razonamientos y tu estado de ánimo.


…piensen en todo lo que es verdadero, en todo lo que merece respeto, en todo lo que es justo y bueno; piensen en todo lo que se reconoce como una virtud, y en todo lo que es agradable y merece ser alabado.

-Filipenses 4:8


Mí misma ¡ubícate! Es hora de correr a los brazos de Dios y dejar que su amor y su sacrificio perfecto nos muestren nuestra verdadera identidad y lo valiosa que somos ante sus ojos. Es tiempo de creerle a Dios y desalojar de una vez por todas las mentiras que han gobernado nuestro patrón de pensamientos.

Mí misma ¡En Cristo eres libre!


Feliz Semana,

Sandy