Foto: Mojezielone Wzg'orze - Creative Commons |
La cruz es la evidencia del desmesurado, exagerado, inagotable, ilimitado, perfecto, incalculable, interminable, único, incondicional, infinito, extraordinario, maravilloso, indescriptible, amor de Dios por ti.
Era un día como cualquier otro –con las mismas
responsabilidades, las mismas 24 horas y la misma rutina. El mismo menú, los
mismos amigos, las mismas estaciones de radio y los mismos conductores
imprudentes, que actúan como si llevaran
a una mujer con dolores de parto.
No recuerdo muy bien lo que estaba haciendo cuando
tocó a mi puerta, probablemente lo de siempre: tomándome un café en
compañía de mis preocupaciones y
escuchando en repetición instantánea el hit parade de todas las metidas de
patas, que me hacían sentir avergonzada, culpable, estancada , vulnerable a la opinión de otros e indigna del amor de
Dios.
Realmente no quería que nadie interrumpiera mi
sección de auto conmiseración, pero como canta Rubén Blades: “La vida te da
sorpresas, sorpresas te da la vida.” Y aparentemente yo era la próxima en la
lista.
Cuidadosamente, eché un vistazo por la ventana y para mi sorpresa, era Jesús con una sonrisa de oreja a oreja
–de esas que sólo se ven en los comerciales de pastas dentales. Me invitó a dar
un paseo… y lo que sucedió después, quedó registrado en la historia de mi vida,
como el día más importante de mis años en la tierra.
Cuando sientas que te estás ahogando en
las situaciones de la vida, no te preocupes. Tu salvavidas camina sobre las
aguas.
–
Autor Desconocido
¿Cuál
es el día más importante en la vida de una mujer?
No es el día que se casa, el día que se convierte en
mamá o el día que sus sueños profesionales se hacen realidad. El día más
importante en la vida de una mujer, es el día que acepta el amor de Dios —representado en su máximo esplendor a través
del sacrificio único y perfecto de Jesucristo en la Cruz.
Dios es tan rico en gracia y bondad que
compró nuestra libertad con la sangre de su Hijo y perdonó nuestros pecados.
–
Efesios 1:7 (NTV)
Cuando la voz del amor de Dios domina el hit parade
de nuestro corazón, descubrimos tres verdades
maravillosas:
1) Nuestra Identidad
- ¿Quiénes Somos?
Somos hijas de Dios.
2) Nuestra Herencia - ¿Qué Tenemos?
Somos herederas de todas las promesas de Dios. Poseemos todo lo que su palabra dice que nos corresponde como hijas.
3) Nuestro Propósito - ¿Qué Hacemos?
Le damos control absoluto de nuestro corazón a Dios. Eso no significa que nuestra vida será
perfecta, pero nuestro deseo de agradar a Dios y de hacer su voluntad le dará sentido a
todo lo que hagamos y nos hará brillar en todo lo que emprendamos, aunque el viento
no sople a nuestro favor.
Tus pies pueden estar en fuego, pero tu fe estará
anclada en su amor.
Recuerda: el fuego no destruye el oro —lo purifica.
Vengan ahora. Vamos a resolver este
asunto —dice el Señor—.Aunque sus pecados sean como la escarlata, yo los haré
tan blancos como la nieve. Aunque sean rojos como el carmesí, yo los haré tan
blancos como la lana.
–
Isaías1:18 (NTV)
La próxima en
la lista eres tú, así que acepta la invitación y deja que su amor hable más
alto que tus faltas.
Eres amada, valiosa, especial y merecedora de vivir la vida en abundancia que Dios te ofrece y quiere que comiences a disfrutar desde este mismo instante.
El amor perfecto de Dios nos hace libres de la condenación, de la culpabilidad, de la verguenza y de cualquier otro sentimiento que nos impida vivir con propósito y dignidad.
Te invito a ver este video de Danilo Monterio, que nos recuerda la grandeza del amor de Dios por cada una de nosotras,
Feliz Semana,
Sandy