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“La pregunta no es si Dios te está hablando o no. Dios te habla. La pregunta es si estás en la disposición de silenciar las demás
voces para escucharlo.”
– Christine Caine
¡¿Por qué no te callas?!
Le dijo el rey de España, Juan Carlos, al fallecido ex
presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes
de Estado, por interrumpir repetidas veces con comentarios desagradables y
fuera de lugar al entonces presidente de
gobierno español, José Luis Rodriguez Zapatero.
¡Qué momento!
El rey violó todas las reglas protocolares, dándole
luz verde a una reacción de hartera y fastidio, que seguramente fue el eco de
muchos otros mandatarios que por temor no se atrevieron a abrir la boca.
Como dicen por ahí: Lo puso en su puesto.
Si asumiéramos esa misma actitud frente a lo que
podríamos llamar -Fastidio Permanente, Constante, Continuo y Asfixiante de
Pensamientos No Deseados-, otro gallo cantara. Viviéramos más tranquilas, más enfocadas,
y emocionalmente estables.
“¡¿Por qué no te callas?!” – Me parece una expresión precisa y fascinante
para confrontar esos pensamientos negativos que se cuelan en nuestro dialogo
interno y nos roban la paz.
“Tus pensamientos son para tu alma, lo que es la comida para tu cuerpo.”
-Steven Furtick
Algunas estadísticas dicen que a nuestra mente
aterrizan diariamente un promedio de 60,000 pensamientos y yo me atrevo a agregar,
que más de la mitad seguramente son negativos –a juzgar por experiencia propia.
O sea, no me considero ser una persona pesimista,
pero el optimismo no me fluye de manera natural. Es más una cuestión de voluntad,
determinación y consciencia de salud (emocional, espiritual y física) que de
sentimientos y deseos de hacer las cosas.
Por ejemplo, suponiendo que estoy en una línea para
comprar café y de repente veo a una chica mirándome a los pies; no se me ocurre
pensar que le gusta mi color de esmalte. Automáticamente se cuela en mi mente,
esa vocecita impertinente, que me sugiere que probablemente la señorita notó el
lado de la pierna que no me afeité correctamente.
Lo de los vellos en las piernas aparenta ser algo
sin importancia, pero los pensamientos negativos llegan en todos los tamaños,
colores y formas –desde una sugerencia ridícula
que alimenta nuestra inseguridad hasta
esos razonamientos cobardes que nos critican continuamente y boicotean
nuestra estima propia, nuestras relaciones, nuestra productividad y nuestra
habilidad de disfrutar la vida.
Es imposible cambiar nuestra vidas al menos que sintonicemos nuestros pensamientos en la frecuencia de la voz de Dios.
Mira… yo creo que nuestros pensamientos son el
pincel de nuestro destino y por eso hoy quiero compartit contigo cuatro verdades que
me han ayudado muchísimo a tomar el control de mí dialogo interno:
1) No
todo lo que vuela sobre mi cabeza tiene derecho a aterrizar en mi mente.
2) Dios
me ha dado la habilidad de elegir un pensamiento sobre otro. Tengo opciones.
…Te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Elige pues la vida.
-Deuteronomio 30:19
3) No soy víctima de las sugerencias y mentiras que
contradicen la opinión que Dios tiene de mí. Tengo la dirección, el cuidado y
la fortaleza de Dios para defender mi territorio.
4) Las promesas de Dios –su palabra, su opinión- me
dan la perspectiva correcta.
“Las mentiras huyen en la presencia de la verdad de Dios”
-Lysa TerKeurst
¡¿Por qué no te callas?! En el momento que aprendas
a escuchar la voz de Dios por encima de las demás, experimentarás la paz y la
estabilidad emocional que tanto has anhelado.
¡Feliz y productiva semana!
Sandy,