Foto: Mary Quite Contrary-Creative Commons |
Cuando le digo “No” a las opiniones, exigencias y
expectativas de los demás, le estoy
diciendo “Sí” a las cosas que realmente tienen un impacto positivo en mi vida.
Bueno…sinceramente…
Ella siempre ha sido una mujer muy activa y social. Amistosa, servicial, trabajadora, visionaria
y deseosa de superarse cada día.
Si pudiera compararla con un objeto, fuera uno de
esos cortaúñas que sirven como llaveros, con lima incluida, una cuchilla para
abrir paquetes, una lupa, un foco y un destapador. Más completa que un combo de
comida rápida.
Si fuera músico, probablemente fuera percusionista.
Tocara las maracas, el cencerro, el güiro, los timbales, las congas, la
pandereta y el bongó. Y si fuera comida, indiscutiblemente fuera arroz blanco
–presente en casi todos los menús.
Lo cierto es…
Que todo comenzó de una manera prácticamente
inadvertida, al fin de cuentas, ¿qué tan malo puede ser asistir a dos fiestas
de cumpleaños el mismo día? O sea, no se puede ser antisocial.
Luego, comenzó a aceptar compromisos e invitaciones -con
la mejor intención del mundo-, y sin darse cuenta quedó atrapada en un círculo vicioso
de agotamiento físico y desgaste emocional, que hacía que su vida sonara tan escandalosa
como una pieza de heavy metal y reggaetón.
Con frecuencia se le escuchaba decir cosas como:
¿Quién me mandó a decir que sí?
La verdad es que no tengo deseos de juntarme con
fulana. Estoy tan cansada, pero ya le dije que sí…no tengo de otra.
¿En qué se me fue el fin de semana? A todo el mundo
le dio por cumplir año el mismo día. ¡Qué barbaridad!
“La sabiduría de la vida consiste en la eliminación
de lo no esencial.”
Lin Yutang
¿Cuántas veces por querer abarcarlo todo terminamos
siendo esclavos de nuestras promesas y ocupaciones?
¿En qué momento nos tragamos el cuento de que
nuestra productividad depende de estar ocupados todo el tiempo?
¿Quién dijo que hay que reportarle a don Facebook, a
don Twitter y a doña Instagram, todo lo que pasa en nuestras vidas?
Invertir nuestro tiempo en las actividades y en las
relaciones correctas nos garantiza un mayor rendimiento a nivel laboral,
personal y físico.
Cargamos tantas monadas electrónicas, que nos
creemos torre de control, cuando lo que realmente necesitamos es hacerle una
lipo a nuestra agenda, cerrar la computadora, apagar el celular, encender
nuestra mente y comenzar a vivir.
El one, two, three de una agenda en forma:
1) Toma
tiempo para pensar y evalúa tus prioridades.
2) Toma
tiempo para pensar e identifica la diferencia entre lo esencial de lo
importante.
3) Toma
tiempo para pensar y permite que Dios converse contigo.
"Un minuto pensado, regularmente vale más que una
hora de conversación y trabajo no planificado."
John C. Maxwell
¿Te animas este fin de semana a hacer tuyas las
palabras del Salmista David?
“Aparta mi vista de las cosas vanas, dame vida
conforme a tu palabra.”
-Salmo 119:37(NVI)
Feliz Semana,
Sandy