viernes, agosto 22, 2014

EL CHA-CHA-CHA DE LA VIDA




Foto: William Couch - Creative Commons




No se requiere mucho esfuerzo para seguir a la mayoría, pero hace falta carácter, visión y determinación  para nadar contra la corriente.









¿Alguna vez te han mandado invitaciones de juegos a través de Facebook?


Creo que nadie se ha escapado del convite, pero lo que más llama mi atención es la reacción de disgusto de algunos, quienes han llegado al extremo de  amenazar a sus amigos con sacarlos de su lista de contactos si le vuelven a enviar invitaciones de juegos.

 ¡Recorcholis! –como diría Chespirito. Una  decisión un tanto radical para algo tan irrelevante. Digo yo…o sea… la humilde opinión de esta servidora.

Se me ocurre pensar que  talvez  detrás de esa falta de tolerancia, frente una invitación para jugar  Candy Crush, Cityville, Diamond Dash, The Sims Social, o cualquier otro juego popular en las redes sociales, se esconde la urgencia de dejarle saber a los demás que somos personas productivas, responsables, que no perdemos nuestro valioso tiempo en cosas sin importancia.

Pero yo me pregunto: ¿En qué parte del camino nos vendieron la idea de que hay que ser productivo todo el tiempo? Probablemente en la misma tienda donde intercambiamos nuestra eficiencia y rendimiento por un boleto de baile, donde estar ocupados, estresados, preocupados y ansiosos, son los pasos coreográficos del momento

.

Nuestra habilidad de relajarnos y disfrutar el hoy está en directa proporción con la confianza que tenemos en Dios.

 


Es tiempo de cambiar tendencias, de retomar el terreno perdido y dominar la pista de baile de la vida, con la secuencia de algunos pasos básicos que trasforman nuestro cansancio y falta de significado en amalgama de propósito y alegría:

1)     Saca tiempo para las cosas que te hacen ser feliz.

2)     No vivas para el aplauso de la gente. Vive para agradar a Dios.

3)     No opines donde no tienes responsabilidad y donde no estás dispuesta a aportar algo positivo.

4)     Aprende a usar la palabra NO.


El establecimiento de límites saludables defiende nuestra paz, nuestra estabilidad emocional y física, de las constantes exigencias externas que nos desvían de nuestro propósito.

 


5)     Establece prioridades y revísalas periódicamente.

6)     Aprende a conocerte a ti misma.

7)     No compitas con nadie.


La competencia nos roba la habilidad de disfrutar el camino que nos lleva al cumplimiento de nuestras metas, succiona nuestra energía y  nos condena a la inconformidad. ¿Sabes por qué?  Porque siempre habrá alguien que esté un paso más al frente que nosotras.


8)     No te compares con nadie.

9)     Dale el primer lugar a Dios en tu vida.

10) No seas tan exigente contigo misma.

Este es el día que hizo el Señor; nos gozaremos y alegraremos en él.


-Salmo 118:24 (NTV)

 

El baile de la vida es mucho más divertido cuando seguimos el ritmo de la dirección de Dios y nos movemos al compás de su aprobación, aunque nos toque dejar a unos cuantos plantados en la pista.


¡Vive!


¡Feliz Semana!

Sandy