viernes, agosto 15, 2014

CERO APARIENCIAS…CERO CARGAS INNECESARIAS



Foto: Jesus Solana - Creative Commons




Cuando acepto mi historia, cuando  abrazo mis imperfecciones, cuando celebro cada detalle que me hace única y especial, cuando acepto la aprobación de Dios… entonces y sólo entonces soy libre de ser yo misma.







¿Te has puesto a pensar la cantidad de roles que desempeñas como mujer?

Sin darle mucha vuelta a la cabeza, como quien no quiere la cosa, se me ocurren los siguientes: madre, esposa, hija, amiga, hermana, madrina, tía, abuela, vecina, consejera, chofer, enfermera, maestra, nutricionista, líder de estabilidad emocional del hogar, decoradora, administradora de presupuesto,encargada de eventos y recreación, maga –las madres que están en el proceso de preparar a sus hijos para este nuevo año escolar entienden a lo que me refiero… en fin, somos las verdaderas “Mujeres Maravillas”.

Pero en medio del manejo de agendas complejas, de demandas agotadoras y de ser piezas claves en el buen funcionamiento de la familia, tendemos a pasar por alto nuestra función más importante: Amarnos, conocernos, aceptarnos y valorarnos –no por lo que hacemos sino por quienes somos.


El amor de Dios es el GPS que te conduce a tu propósito divino y a la realización de una vida con significado.

 


Como mujeres, damos, damos, damos, a tal punto, que muchas veces extraviamos nuestra identidad y nos quedamos atrapadas en un mundo de responsabilidades y demandas, que al final del camino nos hace sentir cansadas, estancadas, confundidas y vacías.  ¿Por qué? Porque olvidamos que nuestro valor, dignidad y realización, giran alrededor del amor perfecto e incondicional de Dios, quien nos acepta y nos aprueba a pesar de conocer, lo bueno, lo malo y lo feo en nosotras. 

Subestimamos quiénes somos y sobrestimamos lo que hacemos.

Pero cuando el día ha terminado y las luces se apagan, nuestras almohadas se convierten en confidentes secretas de nuestras inseguridades, de nuestros temores, de nuestras luchas,  y de nuestros sueños incumplidos. En este punto nos encontramos con dos caminos:

1)     Recargar más nuestra agenda, para ahogar nuestros vacíos.

2)     Derretirnos ante la verdad, de que a pesar de nuestras imperfecciones y metidas de patas, somos amadas y aceptadas por un Dios Perfecto.


Porque te amo y eres ante mis ojos preciosa y digna de honra.


 

-Isaías 43:4b (NVI)

 


Es tiempo de frenar un poco los motores de nuestras ocupaciones y pensar más en lo que pasa dentro de nosotras. Es tiempo de establecer prioridades y entender que en la medida que Dios ocupe el Hit Parade de nuestro corazón, en esa misma medida vamos a darle vida a todo lo que hacemos e inconscientemente le damos permiso a otros de hacer lo mismo.

Nos convertimos en faros para los que nos rodean.


La mujer cuya identidad se nutre única y exclusivamente del amor y la aprobación de Dios, es libre de ser ella misma todo el tiempo…cero pantallas, cero cargas innecesarias.

 


Señor, ayúdame a no confundir lo que hago con quien soy.


Ayúdame a recordar que soy una creación única y especial. Que a pesar de mis imperfecciones, soy amada por un Dios perfecto, que  me aprueba, me acepta y me capacita para mejorar cada día.


Ayúdame a no llenar mis vacíos con actividades que drenan mis fuerzas, sino a descubrir mi valor en la seguridad de tu amor.


Amén


Cuando sabes y aprecias quien eres, engrandeces todo lo que haces.

¡Feliz Semana!

Sandy

Sandy@Friendshiplatte.com