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Hay amistades que llegan y se van. Hay amistades que
se van y dejan buenos recuerdos. Hay
amistades que estarán contigo siempre y otras que se atraviesan, para ayudarte a
fortalecer el músculo de la paciencia y la tolerancia.
Es un hecho: hay personas que le encebollan el
hígado a cualquiera y tienen la magia de despertar el lado feo de nuestra
personalidad. Por más que trates de evadirlas se encuentran en todas partes: en
la oficina, en la familia, en el supermercado, en el gimnasio y hasta en la
iglesia.
Te hacen pronunciar cosas como: “No la soporto” “Me
cae como una patada en el estómago” “La actitud de fulana o zutano me saca de
onda”.
Amen a sus enemigos y traten bien a quienes los maltraten.
-Lucas 6:27 (TLA)
Por un lado, vemos la realidad de nuestros
sentimientos y por otro, el mandato de que debemos amar a nuestro prójimo y tratarlos bien aunque nos maltraten. Algo así como la película “Misión Imposible”, pero en la
vida real –por lo menos así lo visualicé por mucho tiempo, hasta que comprendí
que:
Tratar con respeto y tolerancia a aquellos que no son santo de tu devoción no es un acto de hipocresía, sino de amor, humildad y crecimiento.
De amor…
Porque el amor no sólo se viste de palabras amables,
de abrazos y besos. También se viste de obediencia, paciencia, tolerancia y misericordia
–la misma que Dios ha tenido con cada una de nosotras.
De humildad…
Porque para Dios nadie es mejor que nadie. Dios nos
ama a todas por igual y tiene un propósito divino con cada uno de nosotras –incluyendo
a las amigas que compiten y no completan, las chismosas, las imprudentes, las
negativas, las que se ofenden por todo y las que te aprecian por lo que tienes
y no por quien eres. ¡Todas son amadas por Dios!
De crecimiento…
Porque el buen marinero se hace en las aguas
turbulentas. Las personas difíciles que se cruzan en nuestro camino, son herramientas
de crecimiento donde desarrollamos carácter a través de poner en práctica la paciencia, la perseverancia,
la humildad, el dominio propio, sin olvidar los límites saludables – que nos permiten amar a una distancia prudente, donde nuestra salud mental y emocional no se vea
afectada.
Sobre todo, vístanse de amor, lo cual nos une a todos en perfecta armonía,
-Colosenses 3:14
La realidad es que no estamos supuestas a caerle
bien a todo el mundo, ni todo el mundo a nosotras, pero es importante recordar
que el amor también se viste de tolerancia.
Feliz Semana,
Sandy