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“Yo creo que existen dos ingredientes necesarios para hacer de cada día una obra maestra: decisiones y disciplina.”
– John C.
Maxwell
¿Cuál
es tu tradición favorita de fin de año?
Existen varios rituales para despedir el año, desde
ponerte la ropa interior al revés en las últimas horas del año que acaba y
luego cambiarla de forma habitual en el año nuevo, para asegurar un closet
lleno de ropas; hasta comerte una cucharada de lentejas a las 12:00 A.M para
garantizar abundancia y prosperidad por los próximos 365 días.
Aunque nos pongamos calzones amarillos para
atraer alegría, calzones rojos para
atraer amor, salgamos corriendo con maletas en mano para viajar mucho, o nos
atoremos las doce uvas en representación de nuestros sueños y metas
cumplidas-hasta que no entendamos que el secreto del éxito está determinado por
el buen manejo de nuestra agenda diaria, estamos fritos, perdidos y carentes de
propósito.
Las buenas decisiones de hoy, por más
insignificantes que estas sean, nos preparan para el éxito de mañana.
Decisiones
claves para hacer de cada día una obra maestra:
1) Tómate un cafecito con Dios.
Habla con Dios diariamente. Dale el papel
protagónico de todos tus planes y proyectos. No olvides que Dios es el autor
del manual de instrucciones de tu vida. Él te ama y sabe lo que es mejor para
ti.
2) Asume la responsabilidad de tu salud.
Dicen los expertos que un hábito se crea en 30 días.
Así que tienes doce nuevas oportunidades para enriquecer tu salud. Puedes tomas
la decisión de tomar más agua, caminar media hora todos los días, o comer más
frutas y vegetales. Es mejor avanzar a paso lento, que querer hacerlo todo al
mismo tiempo y terminar sin hacer nada,
Un viaje de mil millas comienza con un paso.
– Lao-Tzu
3) Piensa y habla lindo.
Nada delata más los pensamientos de una persona que
las palabras que salen de su boca. Nuestros pensamientos generan emociones y
sentimientos que eventualmente se convierten en palabras y en acciones.
Piensa lindo. Enfoca tus pensamientos en la
dirección que quieres dirigir tu vida.
4)
Propósito sí, perfección no.
Vivir con propósito nos ayuda a evaluar las cosas
realmente importantes, como el amor, la generosidad, la familia, las
relaciones, el tiempo, la fe y la actitud.
Vivir cada día con propósito te hace apreciar el
hoy, simplifica tu agenda, te da
significado y te motiva a desarrollar sueños mucho mayores que tus temores,
porque el principio y el final de una vida con propósito está en Dios.
La perfección te roba la habilidad de crecer a través de las metidas de patas –propias de la vida y necesarias para madurar .
Buenas decisiones + Disciplina diaria = Potencial de
una obra maestra
Se siente bien estar perdido en la dirección
correcta.
¡Feliz 2014!
Sandy
Sandy@friendshiplatte.com