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Deja que los demás se inspiren viendo la manera en que
Dios te hace brillar a pesar de tus imperfecciones.
Y me dije a mi misma: “Tomando en consideración que tú y yo estamos destinadas a estar unidas por toda la eternidad, creo que es tiempo de simplificar un poco las cosas, para trasformar este viaje llamado vida, en una experiencia maravillosa.”
Y tú, ¿quieres simplificarte un poco? Entonces, como diría el Chapulín Colorado,
¡Síganme los buenos!
1) Dile
NO al Perfeccionismo
La perfección es una cualidad exclusiva de Dios.
Él quiere que seamos felices, que seamos reales. Y la única manera de lograrlo
es entendiendo nuestra incapacidad de vivir sin cometer errores.
Somos una fusión de nuestro lado bello,
nuestro lado feo, nuestro lado dulce, nuestro lado amargo, nuestro lado
creativo y nuestro lado aburrido. ¡Somos
obras maestras! Y Dios es el artista.
Ustedes son en mis manos como el barro en las manos del alfarero.
- Jeremías 18: 6 (DHH)
2) Cultiva la Meditación
Meditar es pensar, reflexionar, ensimismarse. Es
importante tener un tiempo a solas con Dios y con nosotras mismas. Para renovar
nuestros pensamientos, refrescar nuestro espíritu y sintonizar nuestro dialogo
interno con los frutos del espíritu – Amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad,
bondad, fidelidad, dominio propio.
Una mente sana, nos ayuda a tomar decisiones sabias.
Nos hace transitar en la autopista de la fe y nos permite ver las posibilidades de
Dios en vez de nuestras limitaciones
No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.
- Romanos 12:2 (NVI)
3) Sé
Tu Misma Todo el Tiempo
La vida es lo suficientemente complicada, como para
añadirle la carga de ser lo que no somos.
Somos mujeres con propósito y nuestro deber es tratar de hacer las cosas lo mejor que podamos de acuerdo a nuestros conocimientos y recursos.
Dios NO nos da gracia para ser lo que no somos. Pero nos hace brillar cuando nos abrazamos a nosotras mismas; hacemos de Jesús nuestro estándar, y aceptamos que somos mujeres únicas. valiosas y especiales.
Es muy fácil enfocarnos en nuestras carencias. Pero se requiere
valentía, determinación y voluntad de mejorar cada día, para enfocarnos en
nuestras virtudes y dejar que Dios se encargue del resto.
Dios te hizo original, no vivas siendo una copia, un
clon, o la sombra de otra persona.
Soy perfecta en mis imperfecciones.
Feliz en mi dolor. Fuerte en mis debilidades y hermosa a mi manera, porque yo,
soy yo.
Recuerda: La vida no tiene que ser
perfecta para ser maravillosa
Y tú, ¿qué haces para simplificarte la
vida?
Feliz Semana,
Sandy