Abollada, pero nunca fracasada. Triste, pero nunca desesperanzada. Aplastada,
pero siempre vencedora.
¿Qué es una Abolladura Emocional?
Es un disparo
directo al corazón, causado mayormente por palabras, actitudes y hechos que nos
hacen vulnerables frente a la vida.
Vienen en diferentes formas, tamaños y sabores.
Desde una crítica venenosa, hasta la rebeldía de un hijo. Desde un reporte médico
inesperado hasta la pérdida de un ser querido. Desde relaciones fracasadas
hasta el impacto letal de una lengua sin régimen.
Se le conoce también como prueba, adversidad,
conflicto, circunstancias difíciles, infortunio, pena, traba, inconveniente. Y
hasta Juan Luis Guerra confirmó que era como pasar el Niagara en bicicleta.
Las adversidades son grandes oportunidades de crecimiento,
y nuestra actitud en medio de ellas nos garantiza la victoria o la derrota. Decisión
personal.
¿Cómo florecer en medio de la abolladura?
1) Vístete
de Alegría:
No es que vas a estar riéndote a
carcajadas en total negación; pero puedes tener una actitud de agradecimiento
por las demás bendiciones en tu vida. Recuerda que la gratitud es la materia
prima de la felicidad.
Alimenta tu fe meditando en las
promesas invariables de Dios y deja pasar hambre esos temores que te roban tu
paz interna.
Amados hermanos, cuando tengan que
enfrentar problemas, considérenlo como un tiempo para alegrarse mucho. Santiago
1:2 (NTV)
2) Báñate
con Jabón de Paciencia:
El tiempo de espera es el punto crítico del proceso.
Si asumimos la actitud correcta vamos a crecer y a fortalecer esas áreas de
debilidad que nos impiden entender el propósito de Dios para nuestras vidas y
desarrollar nuestro potencial. Aquí tenemos dos opciones:
a) Desesperarnos
– Frustrarnos – Estancarnos.
b) Creer
– Confiar – Disfrutar el camino.
… porque ustedes saben que, siempre que se pone a
prueba la fe, la constancia tiene una oportunidad para desarrollarse. Santiago
1:3(NTV)
3) Sonríe de Oreja a Oreja:
Desde que tomaste la decisión de vestirte de alegría
por encima de tu dolor, hasta ahora; es muy probable que este sea el momento
perfecto para reír a carcajadas. Aquí tienes la capacidad de valorar cada
lágrima, cada momento de soledad, cada temor confrontado, porque Dios cumplió
sus promesas y superó tus expectativas.
Muchas veces las cosas no salen como las
planificamos; pero cuando le damos a Dios el papel protagónico en nuestras
vidas, podemos reír, brincar y celebrar, aún en medio del atolladero, porque ÉL
siempre cumple sus promesas.
Así que dejen que crezca, pues una vez que su constancia
se haya desarrollado plenamente, serán perfectos y completos y no les faltará
nada. Santiago 1:4 (NTV)
Abollada, pero nunca fracasada; triste pero nunca
desesperanzada; aplastada pero siempre vencedora.
Feliz y Florecida Semana J