viernes, noviembre 09, 2012

A mí nadie me mueve de aquí…


Foto: Robert Conrad - Creative Commons
 
 
Como yo sé en quien he creído, decido celebrar la primavera en el invierno de mis circunstancias, ¡porque con Dios siempre salgo ganando!
 
 
 
 

Como Dios no se muda de vecindario…

Sigue creyendo radicalmente en el cumplimiento de sus promesas sobre tu vida y la de los tuyos. Cada conversación con Dios te  reanima, te renueva, te llena de esperanza. Así que usa esta prueba para ejercitar la paciencia. Espera con buena actitud.
 

Como Dios no toma vacaciones…

Cada nuevo amanecer, sintoniza  tus pensamientos y palabras a la emisora de Dios. Así que usa esta adversidad para crecer. Los tragos amargos son fuente de fortaleza, madurez  y  sabiduría... aprovecha cada parte del proceso.
 

En el día de mi desgracia…mi apoyo fue el Señor. Me sacó a un amplio espacio; me libró porque se agradó de mí.                             Salmo17: 18-19 (NVI)

 

Como Dios no es sordo ni ciego…

Mantén la calma –tranquila como una foto- porque su poder no se intimida por la complejidad de tus circunstancias. Así que usa esta situación para mejorar tus áreas débiles. Los momentos de mayor dificultad son SIEMPRE oportunidades que Dios usa para promover nuestra fe.
 

Como Dios no tiene en agenda  jubilarse…

Sonríe; cuenta tus bendiciones; disfruta el hoy, porque si lo piensas bien, te darás cuenta de que Dios sólo esculpe piedras preciosas. Así que usa este percance para sentirte especial y cuidada por Dios. Su Gracia te sostiene. No temas.

 

Si caes es para levantarte, si te levantas es para seguir adelante, si sigues adelante es para llegar a la meta. Y si llegas a la meta recuerda que lo mejor está por venir. ¿Sí o sí?

 
¡No te muevas de ahí!
 
¡Feliz Semana!
 
Sandy J