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La vida se transforma en una experiencia maravillosa
cuando llegamos al entendimiento de que independientemente de nuestros
sentimientos, circunstancias y emociones, Dios SIEMPRE tiene lo mejor para
nosotros.
¿Por qué te sientes como te sientes?
Simple: Lo que pensamos lo hablamos, lo que hablamos
lo escuchamos, lo que escuchamos se aloja en nuestro interior, y lo que
alojamos en nuestro interior engendra sentimientos, emociones y actitudes, que
no sólo nos afectan a nosotros, sino también a los que nos rodean.
¿En qué has estado pensando?
Si ocupas tu disco duro –tu mente- con pensamientos positivos,
llenos de fe y esperanza, no vas a tener espacio disponible para la negatividad
y todos sus secuaces.
La renovación de nuestra mente es un reto que
debemos asumir cada mañana, sintamos hacerlo o no.
Recuerda que la motivación te ayuda a comenzar las cosas pero la disciplina te
acompaña hasta el final del camino.
Activa tus pensamientos en la dirección que quieres dirigir tu vida
¿De qué estás hablando?
Nuestras palabras son una radiografía instantánea de quienes somos. Si quieres conocerte mejor, escucha lo que hablas.
Nuestras confesiones tienen la capacidad de crear o
destruir; de brindar armonía o enemistad; de estimular una sonrisa o un dolor
de estómago; de despertar un abrazo o un puñetazo que te envíe al dentista más
cercano… no es juego.
Una mente llena de amor, fe, visión y gratitud va a
producir palabras sabias llenas de alegría, paz, simpatía y aprecio.
La lengua que brinda consuelo es árbol de vida; la lengua insidiosa deprime el espíritu. Proverbios 15:4
¿Entonces?
Simple: El árbol se conoce por sus frutos. Si te sientes amargada, deprimida, infeliz, triste, sin propósito, que no vales nada, que la vida es cruel y que nada va a cambiar.
Entonces es tiempo de confrontar
tus pensamientos. Dios te ama, te entiende y quiere ayudarte. Cada día Él hace
lo indecible por captar tu atención y hacerte entender que siempre hay una
nueva oportunidad para comenzar.
Si te sientes feliz, llena de esperanza, con ganas
de comerte el mundo en pedacitos, sigue ejercitando tu patrón de pensamientos,
nutriendo tu fe con la palabra de Dios y motivando a otros a disfrutar la vida
en abundancia que Dios nos ofrece.
¡Feliz Semana! J
Sandy