viernes, marzo 16, 2012
EMPERIFOLLADA DE PIE A CABEZA
Te regalo mi mejor sonrisa, no porque no tenga batallas que conquistar, sino porque yo sé en quien he puesto mi esperanza.
No hay mejor cirugía estética que tener un corazón emperifollado; es decir, un corazón embellecido, adornado y ataviado, con la verdad restauradora del amor perfecto de Dios.
Un corazón emperifollado, es el que ha hecho suya la herencia que Dios nos ofrece, a través de la obra redentora de su hijo Jesús; y no minimiza su poder (el poder de Dios) frente a la gravedad de su problema.
Así se expresa un corazón emperifollado de acuerdo al Salmo 23:
Dios es quien me cuida,me defiende, me guarda, me protege, me restaura. En él nada me falta.
Cuando estoy al punto de tirar la toalla, su presencia trae descanso a mi vida. Mi alma (mente, voluntad, emociones) se deleita en la paz y la frescura que sólo su presencia provee.
Restauras mi dolor dándome acceso total a tu gracia. No por mis propios méritos, sino por amor.
Guías mis pasos. Aunque mi condición actual quiera desorientarme, mi corazón está anclado en tu soberanía y en la esperanza del cumplimiento de tus promesas.
Cuando mi mundo se torna gris; cuando me toca atravesar el valle del dolor y la muerte, me haces sentir segura. Me enseñas a confrontar mis temores con el poder de la fe.
Es en el valle donde mi voluntad es quebrantada, mi fe es fortalecida y mi victoria conquistada.
Sirves un banquete de lujo especialmente para mí. Llenas hasta rebosar mi vida de bendiciones, dejando a más de uno con la boca abierta…bueno…los que nunca pensaron que podías levantarme de mi quebranto.
Tu amor, tu misericordia, tu dulzura, tu gracia, tu belleza, tu felicidad, me acompañan a lo largo de mis días y en tu presencia viviré por siempre.
¡Emperifóllate con sus promesas!
Feliz Semana
¡Hola!, Soy Sandy.
Amante de la lectura, el café y la escritura sencilla y honesta.
Convencida de que existe una complicidad especial entre el silencio y una tacita de café caliente entre las manos.
Es mi deseo que mis palabras rieguen los rinconcitos vulnerables de tu corazón con amor y gracia.