El éxito en la vida, no está determinado por la carencia de conflictos, sino, por la tenacidad de levantarse, cuantas veces sea necesario.
La perfección, llegó arrogante, haciendo alarde de lo bien que marchan las cosas en su vida, y del control que mantiene sobre sus asuntos. Su ropa, impecable; sus hijos, intachables ; sus finanzas súper-mega en orden; su matrimonio, todo un ejemplo a seguir; su casa, la más grande, la más bonita y la más organizada; su profesión, en su mejor momento.
Aunque muchos estaban fascinados con su elocuencia y la manera persuasiva con la que se comunicaba, otros, se sintieron inadecuados, al comparar su realidad con el estándar de superioridad con que ésta se manejaba.
La hipocresía, para no quedar mal, aprobaba todos los comentarios emitidos , aunque por dentro se consumía por expresar abiertamente su punto de vista.
La envidia, hacía comentarios hirientes de todos los presentes, para calmar sus carencias internas-es la única manera que logra sentirse mejor.
La preocupación, no paraba de recitar una lista enorme de excusas y razonamientos. Su limitado punto de vista no le permite ver más allá de sus narices. Para ella nada tiene solución, nada tiene salida.
La fe- humilde, sencilla, pero con voz firme, dijo: “El éxito en la vida, no está determinado por la carencia de conflictos, sino por la tenacidad de levantarse, cuantas veces sea necesario. Cada circunstancia difícil, cada problema que a nuestros ojos humanos parezca sin solución, son grandes oportunidades de crecimiento, que fortalecen nuestro carácter.
Una vida patas arriba, afianzada en obediencia a Dios, aunque no vea cambios visibles, descansa en la seguridad, de que salga el sol por donde salga, Dios SIEMPRE cumplirá sus promesas.
Créele a Dios, aférrate a su promesas, y sigue caminando. Su palabra es digna de confianza, nos da sabiduría, trae alegría a nuestro corazón, da luz a nuestros ojos, y nos garantiza la victoria.”
En ti confían los que conocen tu nombre, porque tú, Señor, jamás abandonas a los que te buscan. Salmo 9:10 (NVI)
No hay que tener todas las bases cubiertas, sólo saber escuchar la campana correcta.
Haz lo mejor de acuerdo a tu capacidad y conocimiento, pon a Dios como el centro de todas y cada una de tus decisiones. No permitas que el perfeccionismo, el temor, las preocupaciones, los problemas, te roben la maravillosa oportunidad de ver la mano de Dios obrar a través de tus imperfecciones.
Celebra en este día, aunque tus circunstancias no sean perfectas. A los que aman a Dios, todas las cosa ayudan a bien. Dios no se ha cambiado de posición. Sigue a tu lado, sosteniendo tus pasos.
Cobren ánimo y ármense de valor, todos los que en el Señor esperan.
Salmo 31:24 (NVI)
Feliz Semana,