Tu actitud es el pincel de tu mente, tus pensamientos la acuarela y tú eres el artista.
¿Qué pasaría si por sólo un par de horas nos dieran una descarga eléctrica por cada pensamiento erróneo que nos cruce por la mente? Yo fuera la primera en quedar achicharrada, ¿y tú?
Dicen por ahí, que no podemos evitar que los pájaros vuelen sobre nuestra cabeza, pero si podemos impedir que nos hagan un nido. Exactamente lo mismo ocurre con nuestros pensamientos.
La manera en que pensamos determina el compás de nuestro día, de nuestras semanas, de nuestros meses, de nuestros años, de nuestra vida.
Una de mis grandes debilidades es la negatividad, pero he entendido el valor de tener una buena actitud. Forzar mi mente a pensar lo correcto, me ha sido de gran beneficio y cada día disfruto más el trayecto.
Eres lo que piensas. Lo que piensas afecta lo que hablas. Lo que hablas afecta lo que piensas.
Piensen en todo lo que es verdadero, en todo lo que merece respeto, en todo lo que es justo y bueno; piensen en todo lo que se reconoce como una virtud, y en todo lo que es agradable y merece ser alabado… y Dios, que nos da su paz, estará con ustedes siempre. Filipenses 4:8-9 (Traducción Lenguaje Actual)
Dios sabe que nuestro patrón de pensamientos tiene la capacidad de alterar nuestro destino, por eso nos motiva a transformar, a renovar nuestra mente de acuerdo a sus principios.
Haz el hábito de pensar en lo que piensas. Autoevalúa tu mente. Toma conciencia de tus pensamientos y responsabilidad por tu actitud.
Reemplaza los pensamientos negativos, por pensamientos llenos de esperanza. La mente siempre nos va a dar una lista de argumentos, pero debemos confrontarlos con la verdad. La verdad del amor de Dios, la verdad de su cuidado, la verdad de de sus promesas.
Recuerda, tu actitud es el pincel de tu mente, tus pensamientos la acuarela, pero tú eres quien pinta el lienzo.
Una buena actitud nos hace caminar en los días lluviosos, convierte nuestras preocupaciones en oraciones y nos acerca al propósito de Dios.
Y no vivan ya como vive todo el mundo. Al contrario, cambien de manera de ser y de pensar. Así podrán saber qué es lo que Dios quiere, es decir, todo lo que es bueno, agradable y perfecto. Romanos 12:2 (Versión Lenguaje Actual)
“Tus pensamientos se convierten en tus palabras, tus palabras en tus acciones, tus acciones en tus hábitos, tus hábitos en tus valores y tus valores en tu destino”.
Feliz Semana,
