Si para quedar bien con el mundo entero, tengo que sacrificar mi paz , perder mi esencia y descuidar mis prioridades, prefiero decepcionarlos a todos, agradar a Dios y vivir feliz en mi propia galaxia.
Determinación, valentía, paciencia, observación, fueron las herramientas que me acompañaron en una misión de espionaje esta semana. Como agente secreto al servicio de Dios, se me encomendó la valiosa y difícil tarea de identificar los emisarios secretos que trabajan arduamente para complicar nuestra vida, desestabilizar nuestro entorno, desenfocarnos de nuestras prioridades y así lograr robarnos inadvertidamente nuestra paz, nuestro gozo y nuestra felicidad.
La omnipresencia es una cualidad que solo le pertenece a Dios, los seres humanos no estamos capacitados para estar presente en todas partes a la misma vez. Muchas personas aún sabiendo sus limitaciones, se pasan la vida entera recargando sus agendas y terminan sintiéndose cansados, frustrados, estresados y sin rumbo. Por eso es tan importante identificar a esos maleantes que se cuelan diariamente en nuestro día, succionando nuestro tiempo y estabilidad emocional.
No ha sido fácil. Cada día trato de perfeccionar la técnica, pero hasta ahora he logrado fichar a unos cuantos estafadores. Aquí están:
Pensamientos – Debemos estar vigilantes con lo que permitimos entrar a nuestra mente. Como dice el dicho: “No puedes evitar que los pájaros vuelen sobre tu cabeza, pero sí que hagan un nido en ella.
Lo que veo. Lo que escucho – Debemos ser selectivos con lo que permitimos entrar a nuestra vida, a través de nuestros sentidos. Basura que entra, basura que sale. Mucho cuidado.
Meternos en lo que no nos importa - Mi esposo siempre dice: “Si no te afecta, no te metas”. Cuantos conflictos nos evitaríamos si pensáramos de esta manera ¿verdad?
Deja que la gente anhele saber tu punto de vista y te llamen para pedirte un consejo. Recuerda que en bocas cerradas no entras moscas.
“Honroso es al hombre evitar la contienda, pero no hay necio que no inicie un pleito” Proverbios 20:3
Ofendernos por disparates – La vida es corta y cada segundo tiene importancia. Es mejor pasar por alto una ofensa, que arruinar nuestro día. ¿O no?
Síndrome del Arroz Blanco – En mi país se dice que el arroz blanco está en todas partes, así que el activismo, el deseo de estar en todas las actividades, de decirle que sí a todo y a todos, por no quedar mal, es un flagelo muy peligroso que nos conduce al estrés.
La Mártir – A esta delincuente, le encanta que inviertas todo tu tiempo y tus recursos en los demás y te olvides de ti misma. No caigas en su trampa. Nadie puede dar, de lo que no tiene. Así que invierte tiempo en ti misma, nutre tu espíritu, recibe el amor incondicional de Dios, sé feliz y verás como los que te rodean, se van a contagiar de tu alegría y estabilidad. Balance es la clave.
Compararnos con los demás - Cada quien tiene un camino que recorrer y un destino que descubrir y conquistar. Decide disfrutar cada etapa en tu vida y toma decisiones que te acerquen cada día a lograr el propósito para el cual fuiste creado. Si no sabes tú propósito, acércate a Dios y comienza tu peregrinaje.
“Cada cual examine su conducta; y si tiene algo de qué presumir, que no se compare con nadie” Gálatas 6:4
Es posible ser feliz, es posible sentirnos realizados, felices y completos, cuando guardamos celosamente las prioridades que Dios nos ha dado.
“Porque Dios no es un Dios de desorden,sino de Paz"
I Corintios 14:33
Únete a esta misión, eliminando radicalmente esas situaciones innecesarias que te roban la paz y la felicidad.
¡Cero estrés!