jueves, diciembre 16, 2010
CAFECITO QUE MARCA LA DIFERENCIA
Dios no anda buscando tú habilidad, sino tú disponibilidad.
En una ocasión, leí la historia de un misionero quien fue a un país muy pobre, con grandes carencias. Traía consigo un maletín lleno de biblias, pregonando por las calles ¡Dios te ama! ¡Dios te Ama! . Un día mientras transitaba por la ciudad se le acercó a una humilde señora, le regaló una biblia y ella le respondió: “Gracias por el regalo señor, pero esta biblia no me quita el hambre que tengo”.
Es tiempo de cambiar la formula .Es tiempo de sacar a Dios de las cuatro paredes de la iglesia .Es tiempo de desenfocarnos de nuestras necesidades y de ser sensibles a los problemas de los demás. Es tiempo de dejar de estar cruzados de brazos y esperar que los demás resuelvan. Es tiempo de asumir nuestra responsabilidad ante Dios. Es tiempo de hacer la diferencia. Es tiempo de impactar nuestra comunidad, usando nuestro tiempo, nuestra energía, nuestras posesiones y nuestras finanzas para ayudar a los demás.
El amor, es más que palabras, el amor es acción.
No hace falta tener grandes recursos económicos para ser la extensión de los brazos de Jesús en tu comunidad. Lo que hace falta es tener la disposición y un corazón con la actitud correcta. Niégate a no hacer nada y proponte no irte a la cama en las noches, sin haber sido de bendición para otra persona. Así de simple.
En Septiembre de este año, mi hermana Rossy , le expresó a su amiga Yajaira Barrera, su deseo de ayudar a los niños de escasos recursos en la República Dominicana y su sueño de celebrarles una fiesta de navidad. Coincidencialmente las dos estaban en la misma sintonía y aunque mi hermana vive en los Estados Unidos y Yajaira en la República Dominicana, la magia de la tecnología les permitió planificar la logística, convertir el sueño de ambas en realidad y llenar de alegría a 170 niños necesitados.
El pasado viernes 3 de Diciembre, en las instalaciones de la Iglesia “La Trinidad”, ubicada en el Ensanche Quisqueya, en Santo Domingo, se llevo a cabo una tremenda fiesta de Navidad, con música en vivo, coreografías, globos, pizza, algodón, palomitas de maíz y regalos. En medio de la festividad mi hermana disfrazada de árbol de navidad les compartió a los niños sobre el amor incondicional de Dios, llenando sus corazoncitos de alegría y esperanza. Esa tarde marcó un antes y un después en la vida de cada pequeño.
Fue una experiencia inolvidable, no solo para los niños, sino también para estas dos grandes amigas que aún contando con un presupuesto limitado, lograron ver la mano de Dios multiplicar sus recursos, como el famoso milagro de los panes y los peces.
¡Para Dios no hay nada imposible!
“No se olviden de hacer el bien y de compartir con otros lo que tienen, porque esos son los sacrificios que agradan a Dios” Hebreos 13:16
Cuando reflejamos el carácter de Dios en nuestra vida, expresado a través de pequeños actos de bondad y sensibilidad a las necesidades de otros, cautivamos nuestro entorno con la fragancia visible y verdadera del amor de Jesucristo.
“No amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y verdad”
I Juan 1:18
Sé parte del cambio y haz el hábito de bendecir a otros.
¡Tu y yo podemos hacer la diferencia!
¡Hola!, Soy Sandy.
Amante de la lectura, el café y la escritura sencilla y honesta.
Convencida de que existe una complicidad especial entre el silencio y una tacita de café caliente entre las manos.
Es mi deseo que mis palabras rieguen los rinconcitos vulnerables de tu corazón con amor y gracia.