viernes, noviembre 06, 2009
Cremita Antiarrugas
El otro día fui a comprar una crema para la cara y el proceso fue mucho más complicado que conseguir un plan médico con buena cobertura. Todas ayudaban a combatir las arrugas y prometían hacerme lucir más joven. Para simplificarme usé la regla de mercadeo “presentación y precio” y en menos de lo que canta un gallo había terminado mi misión. Cero complicaciones.
Es curioso saber que existe un chorro de productos para las arrugas del cuerpo y planchas súper modernas para las arrugas de las ropas, pero ¿y que con las arrugas del alma?
Simple. Dios tiene los DERECHOS RECERVADOS de ese producto y aunque muchos han tratado de robar su formula, los resultados son pobres y muchas veces terminas peor que como estabas.
Dios te ofrece en este día unos cuantos trucos de belleza que si lo pones en práctica, no solamente te harán lucir mas joven, te sentirás más joven, tanto así que los demás van a querer tu tratamiento antiarrugas.
- Recibe el amor de Dios de manera personal. Eres amada por Dios, eres aprobada por Dios. Tus imperfecciones no son un obstáculo, su amor por ti es incondicional.
- Amate a ti misma en buena medida. No trates de ser como otra persona, sé tu misma y enfócate en tus fortalezas. Disfruta de tu propia compañía.
- No le des importancia a la opinión que los demás tengan de ti. Es imposible agradar a todo el mundo, es imposible caerle bien a todos. Que la opinión que Dios tiene de ti sea suficiente y “a quien le pique que se rasque”.
- Se una persona agradecida sin importar la situación en que te encuentres. El agradecimiento no es un sentimiento reservado para los bueno tiempos, es una decisión que se toma cada día. Es un estilo de vida, con beneficios eternos.
La semana pasada una amiga me pidió el favor de llevarla a una oficina donde tenía que hacer un trabajo. Hace unos años fue operada de la espalda y en ocasiones el dolor y la incomodidad le impiden desenvolverse en sus actividades cotidianas.
Cuando nos despedimos le pregunté si necesitaba que la pasara a recoger más tarde y para mi sorpresa sus ojos se llenaron de lágrimas y me dijo: Yo soy una mujer bendecida, Dios me ha dado amigos y vecinos que siempre están ahí para mí.
Su rostro se iluminó de tal manera que sus palabras reflejaron su belleza interior y la más beneficiada fui yo.
El corazón alegre hermosea el rostro. Úsalos en la mañana , en la tarde y en la noche. Puedes compartirlo con los demás sin temor a que se agote, recuerda que tienen garantía eterna.
¡Hola!, Soy Sandy.
Amante de la lectura, el café y la escritura sencilla y honesta.
Convencida de que existe una complicidad especial entre el silencio y una tacita de café caliente entre las manos.
Es mi deseo que mis palabras rieguen los rinconcitos vulnerables de tu corazón con amor y gracia.