viernes, octubre 16, 2009
Al mal tiempo buena cara
“La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa”. Albert Einstein
¡El mundo está de cabeza!, así comentaba con mi suegra ayer. Nos pusimos al día con todo lo que está pasando, desde la ola de violencia es las calles, hasta lo difícil que se nos hace a los padres la crianza de nuestros hijos en esta sociedad que cada día amenaza con empeorar. No hay duda de que “la piña está agria”, como dicen en mi país, refiriéndose a una situación difícil y poca alentadora. Sin embargo, nunca había estado tan convencida de la sabiduría que encierra este otro refrán que tanto hemos dicho y escuchado, probablemente sin darle al valor que merece:
“AL MAL TIEMPO BUENA CARA”
Una buena actitud, no es algo que asumes cuando las cosas andan bien, es mucho más que eso. Es una decisión radical donde tus pensamientos, sentimientos y emociones bailan al ritmo del amor, la paz, la fe y la esperanza., aunque el viento no sople a tu favor.
Hace poco más de un año me tocó ir donde mi médico general a buscar unos resultados de un sonograma de rutina que él mismo había sugerido. Después de hacerme un recuento del historial de cáncer que corre en su familia, me dijo que me habían encontrado dos pequeños nódulos en mi seno izquierdo y sin mucho rodeo me refirió a un colega oncólogo. ¡brillante! ¡Casi me da un yeyo!
En los últimos meses me ha tocado bailar al ritmo de la fe y la verdad es que no me arrepiento de haber tomado la decisión de creerle a Dios y no a mis circunstancias.
Los nódulos siguen en el mismo lugar y no presentan ningún peligro para mi salud.
“YeYo”
Termino usado frecuentemente por los caribeños cuando recibimos una noticia que nos causa espanto. Puede presentar síntomas de sudoración y en caso extremo hasta desmayo.
Una buena actitud es la que permite que los demás te sonrían y deseen estar a tu lado. Es la que te abre puertas que nunca antes se habían abierto para ti. Es la que te hace estar fortalecida en medio de la dificultad. Es lo que te permite pensar en las necesidades de los demás y actuar como la extensión de los brazos de Jesús aquí en la tierra.
Es la clave para conquistar a ese jefe gruñón y la llave para ver el mundo a través de los ojos de la fe y no desde la perspectiva de tus temores, Te ayuda a ver tus debilidades como retos para crecer y madurar.
Sí, la piña puede estar agria, pero tu actitud puede endulzar un mal momento
¿Asumes el reto?
¡Hola!, Soy Sandy.
Amante de la lectura, el café y la escritura sencilla y honesta.
Convencida de que existe una complicidad especial entre el silencio y una tacita de café caliente entre las manos.
Es mi deseo que mis palabras rieguen los rinconcitos vulnerables de tu corazón con amor y gracia.