viernes, septiembre 25, 2009
Si es bueno..........háblalo
Después de haber dejado a la niña en la escuela, decidí pasar por Starbucks y tomarme un cafecito ¡que maravilla! Eran las 7:30 de la mañana y la señorita que estaba tomando la orden, parecía no estar muy contenta con su trabajo, supongo que hubiera preferido estar en su camita descansando ¿quién no? ¿verdad? , así que en fracciones de segundos se me ocurrió hacer algún comentario que le ayudara regresar al planeta tierra ¡de inmediato! y dije: “Ese color de pelo te queda muy bien. Estás muy bonita esta mañana”. Como arte de magia una hermosa sonrisa se pinto en su rostro y sus ojos se iluminaron como queriendo darle la bienvenida a un cambio de actitud.
Nuestras palabras tienen la capacidad de crear y la capacidad de destruir. Cuando tomamos la decisión de ser un instrumento de paz y armonía, so solamente beneficiamos a quien las recibe, sino que nosotros nos convertimos en los mayores favorecidos. Nuestro ser se innunda de un gozo singular, cumpliéndose una vez más la hermosa verdad de que “es mejor dar que recibir”.
Cuando entendemos el impacto que nuestras palabras operan sobre nosotros y sobre los que nos rodean, iniciamos un peregrinaje por el camino de la sabiduría. Aprendemos a callar si no tenemos nada bueno que decir, respetamos la opinión de los demás aunque difiera de la nuestra y lo más importante: Abrimos las puertas para que el amor de Dios sea conocido de la manera más sencilla que existe.
Abre las puertas de tu imaginación en este día y decide ser feliz tú y hacer feliz a otras personas. Usa el poder de tus palabras para bendecir, animar, alentar, estimular, avivar, alegrar, fortalecer y expandir sentimientos cargados de felicidad, bondad y amor.
Cada vez que recuerdo la cara de la señorita de Starbucks , se escapa una sonrisa en mis labios y no veo la hora de volver a repetir la experiencia.
¿Te animas?
¡Hola!, Soy Sandy.
Amante de la lectura, el café y la escritura sencilla y honesta.
Convencida de que existe una complicidad especial entre el silencio y una tacita de café caliente entre las manos.
Es mi deseo que mis palabras rieguen los rinconcitos vulnerables de tu corazón con amor y gracia.