La Costura Perfecta
En estos días de celebración y unidad familiar la mayoría de los canales televisivos incluyen en su programación películas navideñas y una en particular llamó mi atención; se trata de una versión de “Rudolf “ el reno de la nariz roja, donde un osito de peluche secuestra al famoso animal y mano derecha de “Santa Claus”, con la finalidad de evitar que los juguetes sean repartidos el día de Navidad ; cuando es confrontado por su mal comportamiento, el osito dice que simplemente no quiere que los juguetes sufran en mano de los niños, porque su dueño no lo había apreciado y lo había abandonado.
Algo similar me ocurrió cuando ésta semana me tocó compartir con una mujer que ha vivido procesos muy dolorosos en su vida, los cuales han destruido por completo su autoestima y le han hecho tomar sus decisiones, basadas en sus propios temores, tal como lo hizo el osito de peluche.
Si permitimos que nuestras debilidades nos controlen, convertimos nuestra existencia en una montaña rusa logrando relaciones conflictivas con nuestros amigos y familiares.
No nos sirve de nada tener conocimiento de la palabra de Dios, si en los momentos de dificultad no la ponemos en práctica.
Jesús vino para sanar los corazones heridos, a proclamar liberación a los cautivos, a consolar todos los que están de duelo, a darnos corona en vez de cenizas, alegría en vez de luto, traje de fiesta en vez de espíritu de desaliento, lo único que tenemos que hacer es entregarle nuestros pedazos y Él se encarga del resto. Tus lagrimas no mueven la mano de Dios…………..tu Fé sí.
La película termina cuando Santa Claus le explica al osito que su dueño no lo había abandonado, sino que lo había guardado en una caja por el enorme significado que tenía para él; así que el osito le dio la oportunidad a Santa de cocer sus remiendos para luego ser llevado a la casa de un niño el día de Navidad.Tú también puedes darle la oportunidad a Dios de cambiar tu llanto en alegría
En estos días de celebración y unidad familiar la mayoría de los canales televisivos incluyen en su programación películas navideñas y una en particular llamó mi atención; se trata de una versión de “Rudolf “ el reno de la nariz roja, donde un osito de peluche secuestra al famoso animal y mano derecha de “Santa Claus”, con la finalidad de evitar que los juguetes sean repartidos el día de Navidad ; cuando es confrontado por su mal comportamiento, el osito dice que simplemente no quiere que los juguetes sufran en mano de los niños, porque su dueño no lo había apreciado y lo había abandonado.
Algo similar me ocurrió cuando ésta semana me tocó compartir con una mujer que ha vivido procesos muy dolorosos en su vida, los cuales han destruido por completo su autoestima y le han hecho tomar sus decisiones, basadas en sus propios temores, tal como lo hizo el osito de peluche.
Si permitimos que nuestras debilidades nos controlen, convertimos nuestra existencia en una montaña rusa logrando relaciones conflictivas con nuestros amigos y familiares.
No nos sirve de nada tener conocimiento de la palabra de Dios, si en los momentos de dificultad no la ponemos en práctica.
Jesús vino para sanar los corazones heridos, a proclamar liberación a los cautivos, a consolar todos los que están de duelo, a darnos corona en vez de cenizas, alegría en vez de luto, traje de fiesta en vez de espíritu de desaliento, lo único que tenemos que hacer es entregarle nuestros pedazos y Él se encarga del resto. Tus lagrimas no mueven la mano de Dios…………..tu Fé sí.
La película termina cuando Santa Claus le explica al osito que su dueño no lo había abandonado, sino que lo había guardado en una caja por el enorme significado que tenía para él; así que el osito le dio la oportunidad a Santa de cocer sus remiendos para luego ser llevado a la casa de un niño el día de Navidad.Tú también puedes darle la oportunidad a Dios de cambiar tu llanto en alegría